Los glaciares de todo el mundo están desapareciendo a una velocidad nunca antes registrada, con los últimos tres años marcando la mayor pérdida de masa glacial de la historia, según un informe publicado el viernes por la UNESCO.
Desde 1975, los glaciares han perdido aproximadamente 9.000 gigatoneladas de hielo, lo que equivale a un bloque de hielo del tamaño de Alemania con un espesor de 25 metros, según explicó Michael Zemp, director del Servicio Mundial de Monitoreo de Glaciares, con sede en Suiza. La drástica reducción de hielo se ha acelerado debido al cambio climático impulsado por la quema de combustibles fósiles, lo que aumenta las temperaturas globales y agrava problemas ambientales, económicos y sociales.
Primer Día Mundial de los Glaciares
El informe fue presentado en una conferencia de prensa en la sede de la ONU en Ginebra y coincide con la cumbre de la UNESCO en París, donde se conmemora el primer Día Mundial de los Glaciares. Zemp destacó que cinco de los últimos seis años han registrado las mayores pérdidas de hielo, con 450 gigatoneladas solo en 2024. Esta tendencia convierte a los glaciares de montaña en uno de los principales contribuyentes al aumento del nivel del mar, poniendo en riesgo a millones de personas ante inundaciones devastadoras y afectando fuentes cruciales de agua para la agricultura y la generación de energía hidroeléctrica.
Stefan Uhlenbrook, director de agua y criosfera de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), informó que aún existen aproximadamente 275.000 glaciares en el mundo, que junto con las capas de hielo de la Antártida y Groenlandia constituyen cerca del 70 % del agua dulce del planeta.
Impacto en comunidades y ecosistemas
Alrededor de 1.100 millones de personas viven en comunidades montañosas, donde los efectos de la desaparición de los glaciares se sienten con mayor intensidad. El aumento de la temperatura agrava las sequías en regiones que dependen del deshielo para el suministro de agua dulce, además de incrementar el riesgo de avalanchas, deslizamientos de tierra e inundaciones repentinas de lagos glaciares (GLOF).
Heidi Sevestre, glacióloga y secretaria del Programa de Monitoreo y Evaluación del Ártico, destacó que en algunas regiones la desaparición de los glaciares ocurre aún más rápidamente de lo previsto. En un reciente viaje a Rwenzori, en África Oriental, confirmó que sus glaciares podrían desaparecer por completo para 2030. Además del impacto ambiental, la pérdida de glaciares tiene una fuerte carga cultural y espiritual para diversas comunidades. Sevestre relató su trabajo con los Bakonzo de África Oriental, quienes creen que los glaciares son el hogar de su deidad Kitasamba. “Imaginen el profundo vínculo espiritual y el dolor que sienten al ver desaparecer sus glaciares”, reflexionó.
Redacción de: Karen Rodríguez A.