Una ciudad medieval que nació de una encomienda de un obispo que buscaba proteger Utrecht y crear en esta zona un mercado rural de abastecimiento para Holanda. De ser una zona despoblada, se convirtió en un paso obligado de comercio, que guarda muchos secretos de la historia. Hoy es una ciudad que produce los famosos “stropwafles”, receta de tradición holandesa.