El lago Naivasha, ubicado al noroeste de Nairobi, Kenia, enfrenta una grave crisis ambiental. Cubierto por el jacinto de agua, una especie invasora originaria de Sudamérica, el lago está sufriendo los devastadores efectos de esta planta, que ha sofocado la vida acuática, obstaculizado las actividades pesqueras y afectado la industria de flores en sus alrededores.
La propagación del jacinto de agua en el lago Naivasha ha alcanzado tal magnitud que es visible desde el espacio. El impacto de esta especie invasora no se limita a Kenia. En todo el mundo, los jacintos de agua han afectado sistemas hidroeléctricos, agrícolas y de riego, con un costo anual de más de 700 millones de dólares para la economía global, según informes de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de Ecosistemas.
Innovación local: el bioplástico de HyaPak
En medio de esta crisis, una empresa keniana, HyaPak Ecotech Limited, está transformando la amenaza del jacinto de agua en una oportunidad. Fundada por Joseph Nguthiru, HyaPak produce bioplásticos biodegradables a partir del jacinto de agua seco, combinándolo con otros materiales. Estos bioplásticos, utilizados como alternativas al plástico convencional, representan una solución innovadora en un país que ha prohibido los plásticos de un solo uso desde 2017.
El bioplástico de HyaPak no solo ayuda a combatir el problema del jacinto de agua, sino que también contribuye a la reforestación. La empresa ha desarrollado bolsas para plántulas que se biodegradan junto con la planta, liberando nutrientes y reduciendo la necesidad de riego. Estas bolsas son parte de un plan gubernamental de reforestación que busca plantar 15 mil millones de árboles para 2032. HyaPak también ofrece una fuente alternativa de ingresos para pescadores como Macharia, quienes recolectan jacinto de agua para venderlo a la empresa. Esto no solo genera empleo, sino que también ayuda a reducir la propagación de la planta invasora. “Es una solución donde todos ganan: las comunidades, el planeta y los agricultores”, afirmó Nguthiru.
La innovación de HyaPak ha recibido reconocimiento internacional, ganando premios en la COP28 y de la Fundación Obama. Además, la empresa exporta sus productos a Estados Unidos y Alemania, y planea expandirse a países como India y El Salvador, donde el jacinto de agua también es un problema.
Nguthiru subraya la urgencia de abordar la crisis climática. “Las generaciones anteriores nos han fallado y las que vienen después nos están admirando. Depende de mi generación encontrar soluciones, porque si no lo hacemos ahora, no lo haremos en absoluto”, dijo. La historia del lago Naivasha y el esfuerzo de HyaPak ilustran cómo una crisis ambiental puede convertirse en una oportunidad para el desarrollo sostenible, creando beneficios sociales, económicos y ambientales en un mundo cada vez más afectado por el cambio climático.
Redacción de: Karen Rodríguez A.
