Este domingo culminó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Uruguay, en una jornada electoral que enfrenta al oficialista Álvaro Delgado, del Partido Nacional, y al opositor Yamandú Orsi, del Frente Amplio. Con una participación cercana al 90%, los uruguayos determinarán al próximo presidente que gobernará entre 2025 y 2030, sucediendo a Luis Lacalle Pou.
La votación estuvo marcada por el alto nivel de incertidumbre, con encuestas que proyectaron un empate técnico y un porcentaje significativo de indecisos hasta último momento. Ambos candidatos han prometido respetar los resultados y garantizar una transición pacífica.
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Álvaro Delgado y Yamandú Orsi: dos propuestas moderadas
Delgado, veterinario de 55 años y exsecretario de la Presidencia, busca consolidar el legado del actual gobierno centroderechista, enfocado en políticas pro-mercado, acuerdos comerciales con China y medidas estrictas contra la inseguridad. Su lema, “Reelegir un buen gobierno”, busca capitalizar los logros económicos del gobierno de Lacalle Pou, que ha mantenido un crecimiento económico moderado y una inflación controlada, aunque no exento de críticas por casos de corrupción y el aumento de la criminalidad.
Por su parte, Orsi, exprofesor de historia y dos veces intendente de Canelones, propone una “nueva izquierda” que combina estabilidad con reformas graduales. Es considerado el heredero político del expresidente José “Pepe” Mujica y ha destacado por su gestión municipal y su enfoque en políticas sociales. Su campaña se centró en la “honestidad” y en la promesa de atacar la desigualdad, especialmente la pobreza infantil, que afecta al 20% de los menores de seis años.
Ambos candidatos comparten propuestas en temas clave, como la mejora de la seguridad pública, el combate a la pobreza y el fortalecimiento del sistema educativo. Sin embargo, difieren en sus enfoques: mientras Delgado promueve políticas de seguridad más estrictas, Orsi aboga por una estrategia comunitaria y preventiva.
Un Congreso dividido y desafíos económicos
La próxima administración enfrentará un Congreso fragmentado. En el Senado, el Frente Amplio tendrá la mayoría con 16 de los 30 escaños, mientras que la Cámara de Diputados estará dividida, obligando a quien gane la presidencia a buscar acuerdos para avanzar en su agenda legislativa.
Los desafíos económicos también serán un tema central. Aunque el Fondo Monetario Internacional proyecta un crecimiento del 3,5% para Uruguay en 2024, persisten problemas como el desempleo, los salarios estancados y la desigualdad. Ambos candidatos han prometido políticas para reactivar el empleo, incentivar la inversión y mejorar la calidad de vida de los uruguayos.
La inseguridad, el tema de mayor preocupación
La inseguridad pública ha sido uno de los principales temas de la campaña. Uruguay, conocido históricamente como uno de los países más seguros de la región, enfrenta un aumento en los delitos violentos, con una tasa de homicidios que alcanzó los 10,7 por cada 100.000 habitantes en 2023.
Delgado propone políticas de mano dura para combatir el narcotráfico y los crímenes violentos, mientras que Orsi apuesta por fortalecer las comunidades y priorizar la rehabilitación.
Redacción de: Karen Rodríguez A.