El presidente Donald Trump ha confirmado que Estados Unidos se retirará nuevamente del Acuerdo Climático de París. Este pacto internacional, firmado en 2015 por 196 naciones, tiene como objetivo limitar el calentamiento global a niveles seguros y fomentar la transición hacia una economía más sostenible.
El anuncio coincide con el inicio del segundo mandato de Trump y repite su decisión de 2017, cuando también retiró a Estados Unidos del acuerdo. La Casa Blanca justificó la medida argumentando que las restricciones del pacto limitan el crecimiento económico y la independencia energética del país.
La decisión ha sido calificada como un golpe significativo para los esfuerzos globales contra el cambio climático. Laurence Tubiana, directora de la Fundación Europea del Clima y una de las principales artífices del acuerdo, lamentó la retirada y señaló que “las medidas para frenar el cambio climático son más fuertes que las políticas de cualquier país por separado”.
Sin embargo, el contexto actual es distinto al de 2017. Tubiana destacó el crecimiento imparable de las tecnologías limpias, cuyo mercado global se espera que alcance los 2 billones de dólares para 2035, según la Agencia Internacional de Energía.
Gina McCarthy, exasesora climática de la Casa Blanca bajo la administración de Joe Biden, criticó la medida y advirtió sobre los riesgos económicos de no liderar la transición hacia la energía limpia. “Las tecnologías limpias están reduciendo los costos de energía y creando empleos bien remunerados”, aseguró.
La crisis climática en cifras
El mundo ya se encuentra 1,3 grados Celsius por encima de las temperaturas preindustriales, y el año pasado marcó un récord de calor global, según la mayoría de las agencias de monitoreo climático. Mientras tanto, fenómenos extremos como incendios forestales, huracanes e inundaciones están aumentando en intensidad y frecuencia.
Estados Unidos, el segundo mayor emisor anual de dióxido de carbono, generó 4.900 millones de toneladas métricas de CO₂ en 2023. Aunque las emisiones han disminuido un 11% en la última década, el país sigue siendo responsable del 22% del dióxido de carbono acumulado en la atmósfera desde 1950, más que cualquier otra nación.
A pesar de la retirada, otras naciones y sectores dentro de Estados Unidos han reafirmado su compromiso con el acuerdo. Gobiernos locales, empresas e inversores continúan liderando iniciativas para reducir las emisiones de carbono y mitigar el impacto del cambio climático.
Redacción de: Karen Rodríguez A.
