El juez de la Corte Suprema de Brasil, Alexandre de Moraes, autorizó el martes la restauración de la plataforma de redes sociales X en todo el país, más de un mes después de su cierre a nivel nacional. La suspensión de X, ordenada el 30 de agosto, se debió a un prolongado conflicto entre el propietario de la red social, Elon Musk, y las autoridades judiciales brasileñas, en torno a la desinformación, cuentas de extrema derecha y la libertad de expresión.
El cierre de X en Brasil, uno de los mayores mercados de la plataforma, con una base de usuarios estimada entre 20 y 40 millones de personas, fue un evento sin precedentes en un país democrático. Musk había criticado abiertamente a De Moraes, acusándolo de actuar de manera autoritaria y de “censura”, especialmente después de que el juez exigiera a la plataforma cumplir con la legislación local, incluyendo la eliminación de cuentas que promovían discursos de odio y desinformación.
A pesar de sus duras críticas públicas, Musk y su empresa terminaron por cumplir con las exigencias del tribunal para levantar la suspensión. En un comunicado, X aseguró estar “orgullosa de regresar a Brasil”, y reafirmó su compromiso de defender la libertad de expresión, pero “dentro de los límites de la ley”. La empresa enfatizó la importancia de mantener el acceso a su plataforma para los millones de brasileños que la utilizan diariamente.
Contexto de la suspensión
El cierre de X en Brasil tuvo lugar después de que la empresa se resistiera durante meses a cumplir con órdenes judiciales que solicitaban la eliminación de contenido que promovía la desinformación, en particular, cuentas de extrema derecha que cuestionaban el sistema electoral brasileño y otros temas sensibles. En respuesta, las autoridades brasileñas comenzaron a aumentar la presión sobre la plataforma.
A pesar de su regreso, la operación de X en Brasil sigue siendo mínima. La empresa ha sido criticada por depender únicamente de un representante legal, en lugar de establecer una presencia más robusta en el país, como han hecho otras grandes compañías tecnológicas, como Meta y Google.
Brasil ha seguido una línea más firme en la regulación de las redes sociales, exigiendo un mayor control sobre la difusión de desinformación y discursos de odio en plataformas como X.
El regreso de X a Brasil marca el final de una disputa que podría haber tenido consecuencias significativas para la presencia de la plataforma en uno de sus mercados clave. Sin embargo, el futuro de la empresa en el país sigue siendo incierto. La capacidad de X para evitar nuevos conflictos con las autoridades brasileñas y mantener su relevancia en el competitivo mercado de redes sociales de Brasil dependerá de su disposición a adaptarse a las leyes locales y establecer una presencia más sólida en el país.
Redacción de: Karen Rodríguez A.
