Una oleada de criptomillonarios y otros inversionistas está llegando a Puerto Rico en los últimos años. Buscan, no solo el calor o la tranquilidad del Caribe, sino también sus famosas exenciones fiscales.
A lo largo y ancho del archipiélago, compran residencias, establecen negocios y se mudan con sus familias desde Estados Unidos u otros países.
Al mismo tiempo, algunos puertorriqueños denuncian que estos inversionistas son los responsables de que el precio de la vivienda se haya disparado en algunas ciudades y pueblos, lo que ha llevado a que en los últimos meses se hayan convocado protestas en contra del desplazamiento de la población local.
“Me mudé a Puerto Rico el 8 de marzo de 2021, y lo que me atrajo fue que vi a mis amigos, como David Namdar, de Nueva York, mudarse aquí”, explica David Johnston en entrevista con BBC Mundo.
Johnston se ha beneficiado de la llamada Ley 60 de Puerto Rico, que permite que ciertos inversionistas no paguen impuestos sobre ganancias de capital tras convertirse en residentes de la isla. segura que al llegar a San Juan encontró una comunidad tan activa en el tema del blockchain que decidió volver a California, hablar con su esposa y mudarse con su familia a Puerto Rico.
“Ha sido bastante increíble cómo crece (la comunidad blockchain) casi cada semana. Tengo un amigo que me llamó para decirme, ‘Ey, voy a ser tu vecino’. Decidimos mudarnos a los suburbios, en Guaynabo, al sur de San Juan y ha sido genial: vivimos en un hermoso barrio estilo estadounidense”, dice.
Por los beneficios fiscales, Puerto Rico se convirtió en un destino atractivo para empresarios de diversos sectores, pero la llegada de los que trabajan en el mundo del blockchain y las criptomonedas ha tenido más repercusión.