Las amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump, se cumplieron y este martes cuatro de febrero, entraron en vigor los aranceles impuestos a Canadá y México. Tras la confirmación de las medidas, se notó un cierto nerviosismo en los mercados globales.
Las negociaciones entre las partes continúan, sin embargo, desde el inicio de esta jornada, las importaciones canadienses hacia Estados Unidos, tendrán un impuesto del 25 por ciento y para los productos energéticos, los aranceles de importación serán del 10 por ciento.
De acuerdo con el presidente de Estados Unidos, la imposición de aranceles a todos sus socios comerciales pueden solucionar los problemas de su país y desoyendo las advertencias de renombrados economistas, ha asegurado a sus conciudadanos que los impuestos a las importaciones son el camino más fácil para alcanzar su prometida prosperidad nacional.
La respuesta del gobierno canadiense
El primer ministro, Justin Trudeau, respondió que el gobierno impondrá inmediatamente aranceles del 25 por ciento, a productos provenientes de ese país, equivalentes a 30 mil millones de dólares y en el transcurso de tres semanas se incrementará la lista.
En ese periodo, habrá una nueva ronda de aranceles sobre una relación más extensa de productos estadounidenses que alcanzará los 125 mil millones de dólares. Las autoridades de Ottawa estarán monitoreando continuamente las consecuencias de estas medidas.
Asimismo, Justin Trudeau aseveró que mientras continúen los aranceles estadounidenses, los contra-aranceles canadienses no cesarán, asimismo, confirmó que mantiene diálogos seguidos con los primeros ministros provinciales y territoriales en busca de soluciones.
Repercusiones de las medidas
Algunos canadienses dicen estar preocupados por los efectos que pueda causar la guerra comercial iniciada este martes y admitieron que hace algún tiempo, vienen almacenando varios productos, principalmente alimentos. El miedo es que los precios se disparen, dijeron.
Otros, creen que está situación va a perdurar por mucho tiempo y serán tiempos duros, de momento, lo único que están haciendo es comprar productos canadienses. Sin embargo, por ahora los medios de comunicación no han reportado filas en los supermercados y tiendas.
Lo que la mayoría espera, es que los precios en general aumenten y ciertos productos en particular podrían ver que sus precios se disparan. Lo nefasto de esta disputa comercial es que en ambos lados de la frontera los ciudadanos de menor poder adquisitivo verán afectadas sus finanzas por políticas económicas cuyo resultado es impredecible e incluso no han sido recomendadas por economistas ni especialistas en el mercado financiero.
Redacción de: J.Bendezu, LJI Reporte