Decenas de mujeres y niños sirios vinculados con el grupo Estado Islámico salieron el miércoles de un campamento en el noreste de Siria y se dirigieron a casa, a la provincia oriental de Deir el-Zour, tras la mediación realizada por líderes tribales.
Este movimiento de personas se produce en un momento en que las repatriaciones realizadas por países extranjeros han aumentado en los últimos meses, en un intento por reducir la población de la instalación que llegó a albergar a 73 mil personas en su punto máximo, alcanzado hace cinco años.
Desde las primeras horas del día, 254 personas de 69 familias apilaron sus pertenencias en camiones antes de abordarlos y dirigirse al sur, bajo la protección de miembros de la fuerza policiaca local respaldada por Estados Unidos y dirigida por los kurdos, hacia sus ciudades natales en Deir el-Zour.
Anwar al-Hussein, de 50 años, quien vivió en el campamento por más de seis años, expresó: “Siento como si hubiera vuelto a nacer”. Acompañado por su hijo de 7 años, mencionó que el niño no había asistido a la escuela durante su estadía en el campamento y expresó su esperanza de que ahora pueda tener una vida normal. El hombre fue llevado al campamento porque se encontraba en la última área controlada por el Estado Islámico, pero demostró no ser miembro del grupo extremista.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos indicó que el regreso de los sirios a sus lugares de origen se produce después de lograr un acuerdo entre líderes tribales de Deir el-Zour y las autoridades dirigidas por los kurdos en el noreste de Siria.
“No tenemos ningún deseo de mantener en al-Hol a los residentes del noreste de Siria”, dijo Hanan, directora del campamento. Según ella, la población actual del campamento es de unas 42 mil 700 personas, con más de 18 mil iraquíes y más de 16 mil 600 de origen sirio.
Redacción de: Karen Rodríguez A.