Israel y Hamás han llegado a un acuerdo de cese al fuego que pone fin, al menos temporalmente, a 15 meses de devastador conflicto en la Franja de Gaza. La tregua, negociada con mediación de Qatar, Egipto y Estados Unidos, incluye la liberación gradual de rehenes israelíes y prisioneros palestinos, la entrada de ayuda humanitaria y el retorno de cientos de miles de desplazados a sus hogares destruidos.
El conflicto, que dejó más de 46.000 palestinos muertos y unos 1.200 israelíes fallecidos, ha sido uno de los episodios más sangrientos en la historia de las tensiones entre Israel y Gaza, agravando la crisis humanitaria en el enclave costero y reconfigurando el panorama político regional.
El alto el fuego, anunciado oficialmente en Doha, incluye la liberación de 33 rehenes israelíes en una primera fase, con negociaciones para la liberación de los restantes en las semanas siguientes; la liberación de prisioneros palestinos incluidos mujeres y menores; se permitirá la entrada de cientos de camiones diarios con alimentos, medicinas y materiales de reconstrucción; miles de palestinos podrán regresar a sus hogares, aunque en muchos casos solo encontrarán ruinas.
El acuerdo, que entra en vigor el próximo domingo, tendrá una duración inicial de seis semanas, tiempo en el cual se iniciarán negociaciones para una tregua permanente.
Reseña histórica del conflicto
La guerra se desató el 7 de octubre de 2023, cuando Hamás lanzó un ataque transfronterizo sorpresa contra Israel, que resultó en la muerte de 1.200 personas y la toma de 250 rehenes. En respuesta, Israel lanzó una ofensiva aérea y terrestre sin precedentes en Gaza, con el objetivo declarado de desmantelar las capacidades militares y de gobierno del grupo islamista.
La ofensiva desplazó al 90% de los 2.3 millones de habitantes de Gaza y destruyó gran parte de la infraestructura del territorio. Hamás, por su parte, mantuvo una feroz resistencia, exacerbando la crisis humanitaria y complicando las perspectivas de un alto el fuego temprano.
Este conflicto es solo el último capítulo de una lucha que tiene sus raíces en la creación del Estado de Israel en 1948 y la consiguiente expulsión de cientos de miles de palestinos, un evento conocido como la Nakba o “catástrofe”. Desde entonces, las tensiones entre israelíes y palestinos han estado marcadas por ciclos de violencia, negociaciones fallidas y un profundo estancamiento político.
Reacciones internacionales y locales
El presidente estadounidense Joe Biden celebró el acuerdo, destacando que su administración y el equipo del presidente electo Donald Trump trabajaron conjuntamente para garantizar la tregua.
El acuerdo también fue recibido con optimismo en Canadá, donde el primer ministro Justin Trudeau expresó su respaldo, destacando que espera que esta tregua “reduzca la temperatura” de las tensiones en el país y permita reconstruir las relaciones entre comunidades afectadas por la guerra. Trudeau reafirmó el compromiso de Canadá para apoyar el éxito de la tregua, esperando que esto impulse un diálogo hacia una solución de dos Estados. “Este acuerdo representa un paso esencial para reducir las tensiones internacionales y, en particular, en nuestras comunidades en Canadá, donde este conflicto ha generado profundas divisiones”, afirmó Trudeau.
En Gaza, las noticias fueron recibidas con celebraciones, mientras que, en Israel, las familias de los rehenes expresaron alivio, aunque persisten dudas sobre el futuro del acuerdo. Sin embargo, manifestantes en Tel Aviv pidieron que todos los cautivos sean liberados y que se investiguen las fallas de seguridad que permitieron el ataque inicial de Hamás.
Si bien el alto el fuego trae esperanza, el panorama a largo plazo es incierto. No está claro quién administrará el territorio tras la guerra, dado el rechazo de Israel a trabajar con Hamás y las limitaciones de la Autoridad Palestina. Así mismo, la reconstrucción de Gaza requerirá años y miles de millones de dólares en inversión, además de un compromiso internacional sostenido.
En este contexto, también sobresalen las tensiones regionales. Con Irán, Hezbolá y otros actores en la región observando de cerca, la estabilidad sigue siendo frágil. Este acuerdo podría ser el primer paso hacia la paz, aunque el camino para resolver un conflicto tan arraigado será largo y complejo.
Redacción de: Karen Rodríguez A.
