Google anunció el lunes un hito clave en la computación cuántica al resolver, en tan solo cinco minutos, un problema matemático que tomaría más tiempo que la edad del universo para ser resuelto por las computadoras clásicas más avanzadas. Este logro, alcanzado con su nuevo chip cuántico llamado Willow, representa un paso crucial en la carrera por hacer que la computación cuántica sea práctica y confiable.
El chip Willow cuenta con 105 qubits, las unidades fundamentales de procesamiento en computación cuántica. Los qubits, a diferencia de los bits clásicos que manejan valores de 0 y 1, pueden existir en múltiples estados simultáneamente, permitiendo cálculos a velocidades exponenciales. Sin embargo, los qubits son extremadamente sensibles a las perturbaciones, lo que genera errores que pueden comprometer la precisión de los cálculos.
En un artículo publicado en Nature, Google reveló que ha desarrollado un sistema para conectar qubits que reduce los índices de error a medida que se incrementa su número, superando un desafío técnico central de la computación cuántica desde los años 90. Además, lograron implementar una corrección de errores en tiempo real, un requisito esencial para que las computadoras cuánticas sean prácticas para aplicaciones del mundo real.
“Hemos superado el punto de equilibrio”, afirmó Hartmut Neven, líder de la división de inteligencia artificial cuántica de Google. Esto significa que el sistema de Google ahora puede operar con un nivel de precisión que lo hace más confiable que las computadoras convencionales para ciertos problemas complejos.
En 2019, Google había declarado haber alcanzado la “supremacía cuántica” con un chip anterior, pero esa afirmación fue cuestionada por IBM, que argumentó que una computadora clásica podría realizar el mismo cálculo en dos días y medio. Esta vez, Google incorporó algunas de esas críticas en su análisis, concluyendo que incluso en las condiciones más ideales, una computadora clásica necesitaría mil millones de años para igualar el desempeño del chip Willow.
Para acelerar sus investigaciones, Google construyó una planta de fabricación dedicada a la producción de chips cuánticos, equipada con avanzados criostatos para enfriar los chips a temperaturas cercanas al cero absoluto. Esto permite iterar más rápidamente en el desarrollo de nuevas tecnologías.
“Queremos que las ideas prometedoras puedan pasar rápidamente de la teoría al experimento en nuestra planta”, explicó Anthony Megrant, arquitecto jefe de Google Quantum AI.
El futuro de la computación cuántica
Aunque el problema matemático resuelto por el chip Willow no tiene aplicaciones prácticas inmediatas, este avance subraya el potencial de la computación cuántica para abordar desafíos que van más allá de las capacidades actuales, como la simulación de moléculas para medicamentos, la mejora de materiales en baterías y el avance de la inteligencia artificial.
Mientras rivales como IBM y Microsoft también compiten en esta tecnología, Google ha decidido priorizar la fiabilidad de sus qubits en lugar de simplemente aumentar su número, marcando un enfoque distintivo en el desarrollo de esta tecnología transformadora.
Redacción de: Karen Rodríguez A.
