El pasado 7 de noviembre de 2020, los medios estadounidenses declararon a Joseph R. Biden como el próximo presidente de los Estados Unidos y cómo el partido demócrata está anticipado a mantener una mayoría en la cámara de representantes. Después de cuatro años al frente de un polémico gobierno de los republicanos que hoy mantiene dividido este país, analizamos porque la política estadounidense está cambiando. Como ganaron las demócratas: ¿cuáles fueron sus fortalezas y sus apoyos y qué le faltó a la estrategia demócrata?
Reclamación de estados demócratas
El sistema democrático de los EEUU es único, el presidente es elegido indirectamente por un Colegio Electoral y no por la suma de votos de sus ciudadanos.
El Colegio Electoral cuenta con 538 miembros que representan en cada estado a un número específico de electores designados, y estos electores votan para el presidente según el voto popular en su estado. Este sistema da poder a unos estados cuyo voto popular pueda cambiar de elección a elección, por eso los llaman estados oscilantes, o ‘swing states’.
En el 2016, el presidente Trump ganó los estados de Michigan, Pennsylvania y Wisconsin, estados que generalmente votan por los demócratas. Naturalmente, Biden y los demócratas se enfocaron en recapturar estos estados, que en esta elección le dieron su voto al Joe Biden.
Para alcanzar una mayoría en el colegio electoral, Biden sólo tenía que retener a su favor, los estados que Clinton ganó en el 2016, es decir ganar el voto popular en Michigan, Pennsylvania, y Wisconsin. Aunque en el conteo Biden ganó los 270 sufragios electorales que le otorgan la presidencia de los Estados Unidos , la tabulación de votos todavía continúa en cuatro estados.
Arizona y Georgia, hasta ahora, eran estados republicanos. La última vez que Georgia votó por un candidato demócrata fue en 1992 y Arizona, en 1996. Sin embargo, con más de 98% de votos contados en los dos estados, Biden tuvo la ventaja. Debido a tendencias continuas de cambio demográfico, el electorado arizoniano y georgiano parecen ser más liberales y demócratas que antes.
La batalla para el alma del país
El presidente Trump es un político controvertido en los EE.UU, mucha gente le odia y mucha gente le gusta, y solo unos se mantienen neutros o reservados. Sus partidarios piensan que Trump está revitalizando el alma del país y sus oponentes creen que lo está destruyendo. Esta elección fue una lucha entre estos dos grupos y sus ideologías. Una consigna de la campaña Biden fue: una batalla para el alma de la nación.
Al contrario de lo que sucedió en el 2016, Trump tenía una reputación a defender. Biden y los demócratas criticaron a Trump por su subversión del orden regular, lo que acentuó la división entre los ciudadanos estadounidenses, basándose en políticas más populistas como América primero y cortando relaciones con países y organizaciones internacionales.
Casi 76 millones de personas eligieron el futuro de Biden, mientras que 71 millones decidieron seguir con la política de Trump.
Desafíos para los demócratas
Sin duda, los demócratas tienen mucho para celebrar: cuatro años de liderazgo ejecutivo y control de una cámara congresional. Sin embargo, el camino a seguir no es totalmente llano. Los demócratas no llegaron a una mayoría en el senado, previniendo al presidente electo de avanzar con sus ideas sin oposición. Ahora, en la cámara de 100 escaños, los demócratas y sus aliados ocupan 48, al igual que los republicanos. Las dos elecciones en Georgia fueron inconclusas y habrá una segunda vuelta en enero de 2021. Los demócratas necesitan 50 escaños en el senado y el voto de desempate por el vicepresidente para acceder a una mayoría; deben ganar los dos escaños abiertos en Georgia para que puedan avanzar a su plataforma.
Además, los demócratas perdieron una parte significativa del voto latino. Como un grupo amplio, la población latina en los EE.UU votan, usualmente, más por los demócratas que los republicanos; sin embargo, en estas elecciones se marcó una tendencia Republicana debido al sentimiento anticomunsta que se gestó especialmente en una mayoría de origen cubano, venezolano y colombiano en la Florida.
Antes de las elecciones intermedias en el 2022 y para la próxima elección presidencial en el 2024, los demócratas buscarán aclarar su imagen pública para convencer a todos votantes que sus políticas están firmemente arraigados en los valores básicos del país.
Los padres, maestros y estudiantes de Ontario todavía han estado esperando el anuncio formal del primer ministro Doug Ford sobre si las escuelas reabrirán o no junto con el resto de la provincia en las próximas semanas, pero Ford, ya confirmó que los estudiantes no regresarán a la escuela en persona antes de las vacaciones de verano.