Un devastador ataque terrorista sacudió la ciudad de Moscú, dejando un saldo de más de 130 personas fallecidas y un sinfín de familias sumidas en la desesperación. El objetivo del ataque fue el Ayuntamiento de Crocus, donde una multitud disfrutaba de un concierto en la Sala de Conciertos Crocus City Hall en las afueras del suburbio.
Los perpetradores, identificados como afiliados del grupo Estado Islámico (ISIS), abrieron fuego indiscriminadamente contra la multitud, sembrando el pánico y la tragedia entre los asistentes. Este acto de violencia es catalogado como el más mortífero en suelo ruso en años y ha generado una profunda conmoción en todo el país.
Los sospechosos del ataque a la sala de conciertos de Rusia, que dejó más de 130 muertos, llegaron a un tribunal de distrito de Moscú el domingo por la noche. Hubo una fuerte presencia policial alrededor del Tribunal de Distrito de Basmanny, que se espera que determine las restricciones previas al juicio para los hombres, sospechosos de abrir fuego contra una multitud.
El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció el arresto de cuatro presuntos atacantes el sábado, mientras que otros siete sospechosos fueron detenidos bajo sospecha de estar involucrados en la planificación y ejecución del ataque. Putin afirmó que fueron capturados mientras huían a Ucrania, algo que Kiev niega firmemente.
El dolor y la incertidumbre se apoderan de las familias y amigos de las víctimas, mientras que Rusia observa un día de duelo nacional. Instituciones culturales cancelaron eventos, las banderas ondean a media asta y los espectáculos televisivos se suspenden en señal de respeto a los caídos.
Un monumento improvisado cerca del lugar del ataque se convierte en un punto de encuentro para el duelo, donde una marea de flores honra a los que perdieron la vida en este acto de barbarie. Mientras tanto, los equipos de rescate continúan trabajando en la búsqueda de sobrevivientes entre los escombros del edificio dañado, mientras el número de muertos sigue en aumento.
El presidente Putin ha condenado el ataque como un acto terrorista bárbaro y sangriento, y asegura que los responsables serán llevados ante la justicia. Sin embargo, la sombra del terrorismo islámico planea sobre Rusia una vez más, recordando episodios anteriores como el derribo de un avión de pasajeros ruso sobre el Sinaí en 2015, que dejó 224 personas fallecidas.
Este ataque, además de ser un golpe a la seguridad nacional de Rusia, plantea preguntas sobre la efectividad de las medidas de seguridad y la capacidad del país para hacer frente a amenazas terroristas. Mientras tanto, la comunidad internacional se solidariza con Rusia en este momento de dolor y condena enérgicamente este acto de violencia sin sentido.
Redacción de: Karen Rodríguez A.