Panamá tomó la decisión de llamar a consulta a su embajador en Nicaragua el pasado lunes, en respuesta a lo que denuncia como la permisividad del gobierno nicaragüense en permitir al expresidente Ricardo Martinelli llevar a cabo actividades políticas desde la embajada de Panamá en ese país.
Desde que se refugió en la embajada nicaragüense el 7 de febrero, tras una condena por blanqueo de capitales en su contra, Martinelli ha continuado realizando actividades políticas abiertamente, respaldando al candidato José Raúl Mulino en las redes sociales y reuniéndose con correligionarios y amigos en la sede diplomática.
El gobierno de Nicaragua concedió asilo a Martinelli, pero Panamá ha negado el salvoconducto para su salida hacia ese país, generando tensiones entre ambas naciones.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá expresó en una nota enviada a su contraparte nicaragüense que la actitud permisiva de Nicaragua viola normas fundamentales del derecho internacional y afecta la integridad territorial de Panamá.
Postura de Nicaragua
Nicaragua ha rechazado las denuncias, afirmando que Panamá no respeta la institución del asilo político. Esta situación se produce en un contexto en el que Panamá se encuentra a dos semanas de celebrar elecciones generales, donde el candidato que reemplaza a Martinelli, José Raúl Mulino, lidera las encuestas de intención de voto.
Redacción de: Karen Rodríguez A.
