Un informe presentado ante el Consejo de Seguridad de la ONU el martes pasado, reveló que más de medio millón de personas en la Franja de Gaza están al límite de la hambruna, representando aproximadamente una cuarta parte de su población total. Un alto funcionario de ayuda de la ONU advirtió que si no se toman medidas urgentes, una hambruna generalizada podría ser “casi inevitable”.
La situación es aún más desgarradora en el norte de Gaza, donde uno de cada seis niños menores de dos años sufre de desnutrición aguda y emaciación. Además, prácticamente toda la población de 2.3 millones de habitantes en el enclave palestino depende de la ayuda alimentaria, aunque esta se considera “lamentablemente inadecuada” para satisfacer sus necesidades básicas.
Desafíos logísticos
La entrega de ayuda humanitaria enfrenta obstáculos significativos, incluidos cierres de cruces, restricciones de movimiento y daños en infraestructuras debido a conflictos anteriores. Ante esta crisis, se ha instado a un alto el fuego para permitir la entrega segura de ayuda humanitaria y evitar una escalada en el conflicto. Israel ha expresado su compromiso de mejorar la situación humanitaria en Gaza y ha asegurado que no hay límites en la cantidad de ayuda que pueden enviar a la población civil.
Sin embargo, la comunidad internacional ha condenado el uso del hambre como arma y ha instado a todas las partes involucradas a tomar medidas inmediatas para garantizar el acceso adecuado a la ayuda humanitaria y proteger a los civiles afectados por el conflicto.
La situación en Gaza es crítica y requiere una acción urgente y coordinada de la comunidad internacional. Sin una intervención rápida y efectiva, el riesgo de una tragedia humanitaria aún mayor es inminente. La vida de cientos de miles de personas está en juego, y es responsabilidad de la comunidad internacional garantizar que reciban la ayuda que desesperadamente necesitan para sobrevivir.
Redacción de: Karen Rodríguez A.
