La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, un cuerpo de la ONU que supervisa el fondo de los océanos, comenzará a aceptar solicitudes, en julio de 2023, de empresas que quieran explotar el fondo del océano. La minería en aguas profundas serviría para la extracción de cobalto, cobre, níquel y manganeso, abundantes en la zona norte del Océano Pacífico entre Hawái y México.
La decisión se tomó después de que el organismo de la ONU pasara las últimas dos semanas debatiendo los estándares para la nueva y controvertida práctica, en medio de crecientes llamados a suspender, prohibir o imponer una moratoria en la búsqueda para extraer minerales de las profundidades acuáticas de la Tierra que se utilizan en tecnología verde como baterías de coches eléctricos.
Nueva Zelanda, Panamá, Samoa, Alemania, Costa Rica, Chile, España, Panamá, Ecuador, Francia, Palau, Fiyi y Estados Federados de Micronesia han hecho un llamado a una moratoria global sobre esta práctica, citando la preocupación ambiental y la falta de datos científicos suficientes. Expertos han señalado que, de mantener esta industria, el daño causado en el océano será permanente.
Más de 100 organizaciones no gubernamentales de todo el mundo, aboga por detener la industria emergente ante los múltiples desafíos ambientales, sociales y los riesgos económicos. La contaminación, la crisis climática y las nuevas tecnologías que abren la puerta a la minería en el fondo de los mares son las principales amenazas para la altamar, que supone dos tercios del total de los océanos.
Redacción de: Karen Rodríguez