La ciudad de Atlanta, Georgia, fue la sede del primer debate presidencial el jueves, entre el actual presidente Joe Biden, del Partido Demócrata y el ex presidente Donald Trump, del Partido Republicano. Ambos candidatos y sus partidos se preparan para las sexagésimas elecciones presidenciales, que se realizarán el día martes cinco de noviembre próximo.
Ambos candidatos mostraron desde el inicio, una suerte de animadversión al no darse la mano al entrar al escenario, conducta que se mantuvo a lo largo del debate. Esta actitud, no ayudó mucho a los telespectadores que esperaban una esclarecedora tertulia, que les permitiera escoger con mejor criterio a su presidente, para los cuatro años venideros.
El desempeño de cada candidato
El ex presidente Donal Trump, cuestionó duramente el manejo de la economía y de la política exterior de su adversario, criticó también el número récord de inmigrantes que llegaron en su gestión. Sin embargo, se mostró muchas veces a la defensiva e invirtió su tiempo en repetir afirmaciones que ya se ha demostrado que son falsas, como que hubo fraude en las elecciones pasadas. Por momentos elevó el volumen de los ataques.
Por su parte, el presidente Biden, que busca su reelección, calificó de pésimo el primer mandato de su oponente, calificó una eventual victoria del republicano como una amenaza a la democracia y le recordó su reciente condena penal. Biden se mostró por momentos un poco confuso y tuvo muchas dificultades para responder cuestiones importantes sobre la economía, inmigración y las guerras de Ucrania y Gaza. Su afonía lo perjudicó un poco.
Repercusiones del debate presidencial
La mayoría de analistas coincide en que es una preocupación la fragilidad y la aparente pérdida del hilo de sus pensamientos mostradas por Biden, se preguntan si no sería muy mayor para aspirar una vez más al cargo, por momentos tuvo dificultades para defenderse, dijeron. Los lapsus e indecisiones del presidente, unidas a algunas de sus ininteligibles respuestas, deberían ser motivo de preocupación para sus correligionarios, ponderaron.
Por otro lado, aflige a los analistas consultados, la cantidad de afirmaciones sin sustento en la realidad proferidas por Trump, sobre temas importantes para los electores, como economía o inmigración. Llegó a afirmar que Biden quiere que las fronteras estén abiertas. Asimismo, afirmó que en el gobierno de Biden se dio el mayor déficit fiscal de la historia, cuando el propio Departamento del Tesoro reveló que ese triste récord sucedió en la gestión del propio Trump. Seguramente, los electores esperan ansiosos un próximo y mejor debate.
Redacción de: J.Bendezu, LJI Reporte