El Aeropuerto Internacional Toussaint Louverture en Puerto Príncipe fue cerrado temporalmente el lunes después de que varias pandillas abrieran fuego contra un vuelo comercial de Spirit Airlines que estaba a pocos metros de aterrizar en la capital haitiana. El avión, procedente de Fort Lauderdale, Florida, tuvo que ser desviado hacia República Dominicana tras ser alcanzado por los disparos, que causaron heridas menores a una sobrecargo.
El ataque es el más reciente en una serie de incidentes violentos en Haití, donde el control de pandillas ha aumentado de manera alarmante. La embajada estadounidense advirtió sobre “esfuerzos de pandillas para bloquear los viajes hacia y desde Puerto Príncipe”, incluyendo violencia en caminos, puertos y aeropuertos. Las aerolíneas Spirit, JetBlue y American Airlines suspendieron temporalmente sus vuelos hacia y desde Haití como respuesta a los crecientes riesgos de seguridad.
Violencia en Puerto Príncipe y reacción del nuevo primer ministro
El incidente con el vuelo de Spirit Airlines ocurrió el mismo día en que el empresario Alix Didier Fils-Aimé fue investido como nuevo primer ministro de Haití. En su discurso de toma de posesión, Fils-Aimé se comprometió a restaurar la paz y la seguridad en el país y anunció que una de sus prioridades será organizar elecciones democráticas, las primeras desde 2016. “Hay mucho por hacer para devolver la esperanza”, señaló el nuevo primer ministro frente a una audiencia de diplomáticos y funcionarios.
Sin embargo, la situación en las calles de Puerto Príncipe continúa siendo caótica. Tiroteos entre pandillas y la policía fueron reportados en varias zonas de la capital, y en algunos barrios residenciales de clase alta, las pandillas incendiaron viviendas, obligando a muchos residentes a huir. Las autoridades locales ordenaron el cierre de escuelas ante el aumento de la violencia, y los ciudadanos de Puerto Príncipe viven en un estado de pánico.
La violencia pandillera en Haití se ha intensificado desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021. Según Naciones Unidas, se estima que las pandillas controlan aproximadamente el 85% de la capital haitiana, aprovechando el vacío de poder y la falta de una estrategia de seguridad efectiva. Aunque se estableció una misión internacional liderada por la policía de Kenia con apoyo de la ONU para restaurar el orden, el esfuerzo ha enfrentado problemas financieros y de personal, lo que ha dificultado su impacto en la crisis de seguridad.
El portavoz de la ONU, Stéphane Dujaric, enfatizó la necesidad de colaboración en el proceso de transición democrática y advirtió sobre el riesgo de una mayor inestabilidad si los líderes políticos no logran una estrategia unificada. Por su parte, el nuevo primer ministro Fils-Aimé enfrenta el desafío de implementar reformas que aborden la inseguridad y faciliten la celebración de elecciones en un contexto de profunda crisis.
Redacción de: Karen Rodríguez A.