República Dominicana anunció que ha deportado a casi 11.000 haitianos en la última semana, cumpliendo con la promesa del gobierno de realizar deportaciones masivas semanalmente. La medida se toma mientras Haití enfrenta una grave crisis, marcada por la violencia de pandillas y la pobreza.
El gobierno dominicano declaró la semana pasada que deportaría hasta 10.000 haitianos cada semana, alegando un “exceso” de inmigrantes. Esta serie de deportaciones es la más grande en la historia reciente del país. Las relaciones entre ambos países, que comparten la isla La Española, han continuado deteriorándose.
La masiva deportación llevó a funcionarios haitianos a solicitar una reunión de emergencia en la Organización de los Estados Americanos (OEA). El representante permanente de Haití, Gandy Thomas, condenó las deportaciones como una “estrategia de limpieza étnica” y una “campaña discriminatoria contra los haitianos debido a su nacionalidad y el color de su piel”. Thomas llamó al diálogo y pidió una “solución respetuosa”, advirtiendo que estas deportaciones exacerban la frágil infraestructura de Haití y agravan la situación de los deportados, que regresan sin apoyo ni recursos.
Según grupos de derechos humanos, al menos medio millón de haitianos residen en República Dominicana. Activistas y defensores de los derechos humanos han expresado su preocupación por la seguridad de los deportados, señalando que sus vidas corren peligro ante la violencia de los grupos armados que operan en Haití.
Declaraciones oficiales
Por su parte, Radhafil Rodríguez, asesor de la misión de la OEA en República Dominicana, rechazó las acusaciones de maltrato por parte de las autoridades dominicanas, asegurando que cualquier denuncia será investigada. Rodríguez señaló que la crisis en Haití está afectando desproporcionadamente a República Dominicana, al saturar sus sistemas educativos y de salud. Sin embargo, reiteró que el país no detendrá las deportaciones.
Ambos gobiernos han llamado al diálogo mientras Haití crea un grupo de trabajo para gestionar la llegada de los migrantes deportados y sus necesidades. El primer ministro de Haití, Garry Conille, expresó su preocupación en redes sociales, calificando las deportaciones como una “violación de la dignidad humana”.
Mientras tanto, el director de Migración de República Dominicana, Luis Rafael Lee Ballester, afirmó que se respetan los derechos humanos y que solo se utiliza la fuerza cuando es necesario. Según los datos oficiales, entre el 1 y el 7 de octubre, fueron deportadas 7.591 personas y repatriadas 3.323, todas de nacionalidad haitiana.
Redacción de: Karen Rodríguez A.