La cifra de fallecidos por el paso del huracán Otis en el estado de Guerrero, al sur de México, subió el domingo a 43, mientras las autoridades de socorro acordaron reforzar las labores para tratar de ubicar a 36 personas que permanecen desaparecidas. Así lo anunció la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, en una llamada telefónica con el presidente Andrés Manuel López Obrador, que se difundió en la red social X, anteriormente conocida como Twitter.
Hasta el sábado, el gobierno había reconocido 39 fallecidos y 10 desaparecidos. El número de víctimas a consecuencia del huracán Otis que golpeó Guerrero, y en particular la ciudad turística de Acapulco, se ha convertido en un tema de controversia, ya que algunos medios locales informaron de la recuperación de más cuerpos y familiares siguen reportando numerosas personas desaparecidas.
La Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, informó el fin de semana, que la probable causa de la muerte de las víctimas del huracán fue “asfixia por sumersión” y admitió que se continúan las investigaciones para identificar a los fallecidos.
En Acapulco, las familias comenzaron a enterrar a los muertos a la par que seguían en la búsqueda de alimentos y agua. Por su parte, las autoridades civiles y militares proseguían con las labores de limpieza en las vías de la ciudad turística de un millón de habitantes donde aún permanecían cerca de 200.000 hogares sin servicio eléctrico y buena parte de la población continúa sin servicio de agua.
El mandatario mexicano informó que la empresa estatal eléctrica comunicó que los trabajos de recuperación del suministro están avanzados, y aseguró que a “más tardar el martes” se reinstalará el servicio de energía eléctrica en todos los hogares de Acapulco y se restablecerá la totalidad de las 70 estaciones de gasolinas.
Además de las operaciones de rescate, el gobierno se vio obligado a reforzar la seguridad con 15.000 militares para evitar que la situación saliera de control luego de que en algunas zonas de la ciudad se desatara el caos tras los saqueos que sufrieron cientos de comercios.
Luego de la apertura el viernes de un puente aéreo en Acapulco y la incorporación de miles de militares, empleados públicos y voluntarios, comenzó a fluir la ayuda humanitaria que se había demorado varios días en llegar. El progresivo restablecimiento de las operaciones aéreas permitió también la evacuación de varios centenares de turistas que estaban varados en la ciudad.
De acuerdo con un balance que presentó la Coordinación Nacional de Protección Civil habrían más de 220.000 viviendas afectadas, 80% de la infraestructura hotelera con daños, dos hospitales afectados. Así también, el sector eléctrico tenía fuera de servicio 37 líneas de transmisión, 26 subestaciones, una central de generación y 10.000 postes de luz caídos.
Redacción de: Karen Rodríguez
