Durante el pasado fin de semana, miles de cubanos se unieron para protestar desde La Habana hasta Santiago en contra de la terrible crisis económica del país y el manejo de la pandemia, pero muchos fueron más allá, pidiendo el fin del comunismo y cantando “libertad”.
El gobierno de Cuba culpó a la “asfixia económica” de Estados Unidos como el motivo principal para la más grande e histórica manifestación que se ha presentado en la isla, y detuvo a algunos de los activistas de más alto perfil. Al menos 100 manifestantes, activistas y periodistas independientes han sido detenidos en todo el país desde el domingo, según el grupo de derechos humanos en el exilio Cubalex, algunos en las protestas pero otros cuando intentaban salir de sus hogares.
Las protestas estallaron en medio de la crisis económica más profunda de Cuba desde la caída del ex aliado de la Unión Soviética y un aumento en las infecciones por COVID-19 que ha llevado a algunos hospitales al borde del colapso en un país que se enorgullece de su sistema de salud. Además, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses desde hace décadas bajo el expresidente Donald Trump y la pandemia han exacerbado la escasez de alimentos y medicamentos, así como los cortes de energía.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que Estados Unidos apoyaba al pueblo de Cuba que estaba afirmando “valientemente” su derecho a la protesta pacífica; sin embargo se ha referido a Cuba como un “fracaso de estado”.
En Miami, hogar de una gran comunidad de cubanoamericanos, cientos de personas acudieron el domingo a La Pequeña Habana para expresar su solidaridad y celebrar lo que vieron como el principio del fin. En Twitter, el alcalde de Miami, Francis Suárez, imploró a Estados Unidos que “tomara medidas”.
