Recientemente, en Nova Scotia sucedió una tragedia en la que murieron 18 personas a manos de un hombre armado; 12 horas de terror vivieron los residentes del pequeño pueblo durante, lo que se conoce hoy como, el peor asesinato múltiple del país.
Otros acontecimientos como el atentado de 2017 en el Centre Culturel islamique de Québec en el que perdieron la vida 6 personas y otras 8 fueron heridas, y la matanza que tuvo lugar en 1989 en el École Polytechnique de Montréal han sido razones suficientes para que el Gobierno de Canadá tomara la decisión de adoptar medidas enfocadas en combatir la violencia con armas de fuego.
Es por esto que, el Primer Ministro Justin Trudeau anunció hoy, 1 de mayo de 2020, la prohibición de más de 1.500 modelos y variantes de armas de fuego de asalto. “Debido a la violencia con armas, la gente muere, las familias y comunidades sufren. Debe terminar. Las armas de fuego de asalto diseñadas para uso militar no tienen lugar en Canadá. Al retirarlas de nuestras calles, limitaremos los efectos devastadores de la violencia con armas de fuego y ayudaremos a que nuestro país sea más seguro.”, comentó Justin Trudeau.
Esta medida fue implementada con la finalidad de eliminar las armas de fuego diseñadas para uso militar y así, garantizar la seguridad de las familias y comunidades canadienses, como también disminuir y/o erradicar los casos de violencia con armas de fuego. “Estas peligrosas armas de fuego están diseñadas para el campo de batalla, no para las comunidades, pero se han utilizado trágicamente para atacar a mujeres, estudiantes y fieles porque son eficaces para maximizar las muertes. La iniciativa de hoy es el primer paso de una estrategia más amplia de armas de fuego que se ocupará de las actividades ilegales, la violencia y las autolesiones.”, afirmó Bill Blair, Ministro de Seguridad Pública y Preparación para Emergencias
Si bien muchos esperarián que esta medida se haga inmediatamente efectiva, el Gobierno de Canadá concederá un período de transición de dos años con el objetivo de proteger a los propietarios de armas de fuego recientemente prohibidas de la responsabilidad penal mientras toman medidas para cumplir con estas nuevas normas. Por su parte y en virtud de la amnistía, hay exepciones para los pueblos indígenas que ejercen los derechos de caza de los aborígenes o de los tratados, y para los que cazan como sustento a sí mismos o a sus familias. Estas excepciones permitirán seguir utilizando armas de fuego recientemente prohibidas en circunstancias limitadas y hasta que se pueda encontrar un reemplazo adecuado. Al final del período de amnistía, todos los propietarios de armas de fuego deberán cumplir con la prohibición.
