Veinticinco años después de la aprobación de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que exigió la participación igualitaria de las mujeres en todos los esfuerzos de construcción y mantenimiento de la paz, el organismo internacional advierte que los avances alcanzados son frágiles y, en muchos casos, están retrocediendo.
Durante una sesión conmemorativa celebrada en Nueva York, la ONU destacó que la violencia sexual contra mujeres y niñas está aumentando, mientras que 676 millones de mujeres viven actualmente a menos de 50 kilómetros de zonas de conflicto, la cifra más alta desde la década de 1990. Según los datos presentados, el mundo enfrenta una combinación de incremento del gasto militar, proliferación de conflictos armados y mayor brutalidad dirigida hacia las mujeres.
Avances parciales pero con grandes desafíos
Desde la adopción de la resolución en octubre de 2000, se han registrado progresos en algunos ámbitos. El número de mujeres en las fuerzas de paz de la ONU se ha duplicado y muchas han asumido roles de mediación y liderazgo en procesos de reconciliación y justicia de género. Asimismo, las organizaciones de mujeres han desempeñado un papel central en la reconstrucción social y económica de comunidades afectadas por la guerra.
Sin embargo, la ONU advierte que la participación de las mujeres en las negociaciones de paz sigue siendo limitada y que la protección frente a la violencia sexual en conflictos armados continúa siendo insuficiente. El organismo también alertó sobre un retroceso global en materia de igualdad de género, agravado por la reducción de fondos internacionales destinados a programas de empoderamiento y protección de mujeres y niñas.
Los recortes presupuestarios afectan directamente las oportunidades educativas de las niñas en Afganistán, la atención médica para sobrevivientes de violencia sexual en países como Sudán y Haití, y el acceso a alimentos para mujeres y niños en crisis humanitarias como las de Gaza, Mali y Somalia.
La ONU llamó a sus 193 Estados miembros a redoblar esfuerzos para garantizar la participación plena de las mujeres en los procesos de paz, fortalecer la rendición de cuentas ante los crímenes de violencia sexual y asegurar su protección y estabilidad económica.
A pesar de los desafíos, el organismo insiste en que el cambio sigue siendo posible si los gobiernos y las instituciones internacionales priorizan la igualdad de género como un elemento esencial para la paz y la seguridad global.
Redacción de: Karen Rodríguez A.





