Académicos y colegas exigieron una investigación sobre el asesinato del investigador y ambientalista mexicano Álvaro Arvizu, quien fue asesinado con un hacha a principios de este mes. Afirman que el asesinato parecía ser una represalia por el trabajo de Arvizu en defensa de los bosques y los recursos hídricos en las montañas que rodean la Ciudad de México.
Informes oficiales inicialmente sugirieron que fue asesinado durante un robo el 13 de junio en un centro de educación ambiental donde trabajaba cerca del volcán Iztaccíhuatl, que no está lejos del famoso volcán Popocatépetl.
Pedro Moctezuma, el fundador del centro de investigación y educación ambiental donde trabajaba Arvizu, cuestionó esa idea. “Tenemos la certeza de que fue un ataque planeado y premeditado”, señaló.
Un día antes de que mataran a Arvizu, fue asesinado otro ambientalista que dirigía un centro similar cercano. Ese activista, Cuauhtémoc Márquez, apicultor, también había estado activo en campañas contra la contaminación y extracción de agua y había denunciado haber recibido amenazas. Márquez recibió un disparo en un intento de robo el 12 de junio cerca de su casa.
Los dos asesinatos fueron los últimos de una serie de asesinatos y desapariciones que han convertido a México en el lugar más mortífero del mundo para los activistas ambientales y de defensa de la tierra. Según un informe de 2022 del grupo no gubernamental Global Witness, México vio 54 activistas asesinados en 2021, el número más alto del mundo.
Redacción de: Karen Rodríguez
