Por primera vez en casi dos décadas, la Revista de la Asociación Médica Canadiense (CMAJ) ha publicado nuevas directrices sobre el tratamiento de la obesidad en niños y adolescentes, marcando un giro significativo en la forma en que se aborda esta condición en la infancia.
El nuevo enfoque deja atrás el tradicional “come menos, muévete más” para priorizar la intervención temprana, la atención individualizada y el bienestar integral de cada paciente. Las 10 recomendaciones actualizadas ponen énfasis en la salud mental y la calidad de vida, más allá del peso en la balanza.
“Sabemos que si fuera tan fácil, mucha gente ya lo estaría haciendo y no tendríamos el problema que enfrentamos hoy”, explicó el Dr. Sanjeev Sockalingam, director científico de Obesity Canada y profesor de psiquiatría en la Universidad de Toronto. “Esto no le hace justicia al hecho de que la obesidad es una enfermedad crónica con causas y mecanismos complejos”.
Las nuevas directrices instantáneas a adoptar un enfoque de atención centrado en la familia, con intervenciones personalizadas que incluyen actividad física, nutrición y apoyo psicológico. En ciertos casos, se contempla también el uso de medicamentos como los agonistas GLP-1 (como Ozempic o Wegovy) y la cirugía bariátrica, aunque los expertos aclaran que estas opciones deben aplicarse de forma cuidadosa y solo cuando sea apropiada.
“No sugerimos que todas las personas con obesidad deban tomar medicamentos ni someterse a una cirugía, especialmente en pediatría”, aclaró Ian Patton, director de promoción y participación pública de Obesity Canada. “Pero existen soluciones basadas en la evidencia disponible”.
Uno de los argumentos centrales detrás del cambio es la evidencia de que aproximadamente el 80% de los adolescentes con obesidad persisten con esta condición en la adultez, lo que aumenta significativamente el riesgo de desarrollar más de 200 enfermedades. Además del impacto físico, la obesidad puede conllevar un alto costo emocional y social, incluyendo el estigma que muchos niños enfrentan desde la educación primaria.
“La gente fue entrenada para pensar que esta es una enfermedad relacionada con el estilo de vida, que se trata de fuerza de voluntad, que la gente está fracasando”, señaló Sockalingam. “La obesidad es una condición genética para la cual no existe una solución milagrosa. También sabemos que hay circuitos cerebrales que nos predisponen”.
Con estas nuevas recomendaciones, los expertos esperan avanzar hacia un modelo más compasivo, comprensivo y efectivo. “Los niños y adolescentes con obesidad merecen una atención integral”, concluyó Sockalingam. “Existen opciones disponibles”.
Redacción de: Karen Rodríguez A.