Dos cables submarinos clave para la conectividad de Internet en la región del Mar Báltico, que enlazan Finlandia con Alemania y Lituania con Suecia, han sufrido cortes significativos en los últimos días, generando preocupación sobre posibles actos de sabotaje y agravando las tensiones geopolíticas en la zona.
El primero de los incidentes fue detectado el domingo por la mañana en el cable que conecta Lituania y Suecia, según confirmó Telia Lituania, una de las empresas operadoras. “El tráfico de Internet fue interrumpido debido a un daño físico en el cable de fibra óptica”, explicó Audrius Stasiulaitis, portavoz de la compañía. Aunque se restableció la conectividad utilizando rutas alternativas, el daño afectó inicialmente un tercio de la capacidad de Internet en Lituania.
Simultáneamente, Cinia, la empresa estatal finlandesa que opera el cable submarino C-Lion1, reveló un corte en la conexión directa entre Finlandia y Alemania, la única de este tipo en el Báltico. Con una longitud de casi 1.200 kilómetros, este cable es vital para la conectividad de Europa Central. Ari-Jussi Knaapila, director ejecutivo de Cinia, informó que el daño podría haber sido causado por una fuerza externa y subrayó que aún no se descartan escenarios de sabotaje.
Ambos cables están ubicados a una distancia de aproximadamente 100 kilómetros entre sí en el fondo del Báltico, una región que ya ha sido objeto de vigilancia internacional. La proximidad de los cortes ha intensificado las especulaciones sobre un posible ataque deliberado.
Los gobiernos de Finlandia y Alemania emitieron un comunicado conjunto expresando su “profunda preocupación” y calificaron el incidente como un posible ejemplo de “guerra híbrida”. “El hecho de que estos daños generen inmediatamente sospechas de acciones intencionales refleja la volatilidad de nuestro tiempo”, dijeron los ministros de exteriores de ambos países.
Sospechas sobre Rusia
La región ha estado bajo escrutinio desde que se detectó un aumento en la actividad militar rusa cerca de infraestructura submarina clave. Estados Unidos advirtió recientemente sobre esta situación, señalando un posible riesgo de sabotaje. Además, una investigación previa en 2023 reveló que Rusia podría estar utilizando una flota de barcos espía en aguas nórdicas para estudiar cables submarinos y otras infraestructuras sensibles.
Aunque dos funcionarios estadounidenses afirmaron el martes que no hay indicios inmediatos de sabotaje en estos cortes específicos, los análisis aún están en curso. Una de las hipótesis es que un ancla arrastrada por un barco comercial podría haber causado los daños.
Ambos cables están siendo evaluados por buques especializados, y las reparaciones podrían demorar entre cinco y 15 días dependiendo de las condiciones climáticas. Mientras tanto, el tráfico de datos ha sido redirigido a través de redes redundantes, lo que ha permitido mitigar el impacto en los servicios de telecomunicaciones.
Como medida de precaución, Suecia y Finlandia han comenzado a distribuir folletos a millones de hogares con instrucciones sobre cómo prepararse ante conflictos armados, cortes de energía y otras emergencias. Estos esfuerzos reflejan la creciente preocupación por la seguridad en medio de un panorama geopolítico cada vez más tenso.
El incidente subraya la vulnerabilidad de las infraestructuras submarinas esenciales en tiempos de conflicto. Con un contexto marcado por la guerra en Ucrania y las tensiones en la región nórdica, los gobiernos europeos y sus aliados están redoblando esfuerzos para proteger estos recursos estratégicos ante posibles ataques en lo que consideran una nueva dimensión de guerra híbrida.
Redacción de: Karen Rodríguez A.