Un intenso temporal azotó a Argentina y Uruguay, cobrándose al menos 16 vidas y dejando una estela de destrucción que ha semiparalizado varias ciudades en ambas naciones. Los vientos de más de 150 km/hora acompañados por lluvias torrenciales provocaron estragos significativos en diferentes zonas.
En Argentina, el presidente Javier Milei se desplazó hasta Bahía Blanca, ubicada 800 km al suroeste de Buenos Aires, donde 13 personas, incluyendo a un niño, perdieron la vida tras el colapso del techo de un club durante la tormenta del sábado. Además, 14 individuos resultaron gravemente heridos en este trágico suceso, originado mientras se llevaba a cabo una competición de patinaje en el club Bahiense del Norte.
Las autoridades instaron a la población a no circular, ya que Bahía Blanca quedó sin energía eléctrica y experimentó daños generalizados por los vientos extremos que superaron los 150 km/hora, según informaron fuentes municipales.
En Moreno, cerca de Buenos Aires, una mujer perdió la vida al ser golpeada por una rama de un árbol, sumando así el trágico balance de este desastre natural en Argentina.
Por otro lado, en Uruguay, dos personas fallecieron debido a la caída de árboles y techos, alcanzando vientos de más de 167 km/hora en el departamento de Colonia, afectando gravemente la región suroeste del país. Un niño de ocho años murió en un camping en el balneario Santa Regina, mientras que un joven de 20 años perdió la vida en un accidente en una ruta próxima a la localidad de Rosario.
El servicio meteorológico de ambas naciones emitió alertas por tormentas fuertes y lluvias intensas, mientras se observaban destrozos generalizados en Buenos Aires. La capital sufrió cortes de electricidad y la caída de al menos 360 árboles, interrumpiendo calles y avenidas, y provocando daños en vehículos y columnas de alumbrado público.
El impacto también se sintió en el aeropuerto local Jorge Newbery, con más de 120 vuelos cancelados y una veintena de aviones fuera de servicio debido a los daños causados por el viento.
La recuperación de la energía eléctrica en la zona metropolitana podría demorar hasta 24 horas, mientras que en otras áreas de la provincia podría llevar entre 48 y 72 horas, según informaron las autoridades. Los servicios de trenes, afectados por el temporal, comenzaron a restablecerse gradualmente.
En un esfuerzo por normalizar la situación, el gobierno argentino anunció la importación de energía eléctrica desde Brasil para paliar la escasez provocada por la avería de algunas unidades generadoras.
La magnitud de esta tormenta ha dejado una estela de destrucción y desafíos logísticos en Argentina y Uruguay, generando una respuesta coordinada de las autoridades para enfrentar esta crisis inesperada.
Redacción de: Karen Rodríguez
