Por primera vez desde que tomaron el poder el año pasado, los talibanes ejecutaron públicamente a un hombre en un “espectáculo de la muerte” escenificado.
Para aquellos que viven bajo el régimen afgano, la ejecución de esta semana sirvió como un espantoso recordatorio de una era que muchos pensaron que nunca volverían a ver.
Un hombre identificado como Tajmir de la provincia de Herat fue ejecutado públicamente en un estadio deportivo lleno de gente en la provincia suroccidental de Farah. Fue condenado por asesinato por los más altos tribunales talibanes, según el comunicado emitido por el gobierno de facto.
Según los talibanes, Tajmir había matado a un hombre llamado Mustafá hace unos años y le había quitado su motocicleta y su teléfono móvil.
Miles de personas presenciaron la ejecución, con la presencia de muchos funcionarios talibanes de alto rango, incluidos Mawlawi Abdul Hakim, presidente del Tribunal Supremo del régimen, mulá Abdul Ghani Baradar, viceprimer ministro, Sirajuddin Haqqani, ministro del Interior, y Mohammad Khalid Hanafi, ministro del vicio y la virtud.
La primera ejecución pública bajo este régimen talibán provocó la condena a nivel nacional e internacional.
Un día después, los talibanes respondieron con otro “espectáculo público de flagelación”. Azotaron en público a 30 personas, incluidas nueve mujeres, en las provincias de Parwan y Paktika. Varios cargos incluyeron robo y sexo extramatrimonial. No se dieron a conocer detalles sobre la identidad de estas personas.
Un funcionario del régimen señaló que a todos los empleados del departamento gubernamental se les dijo que fueran al estadio para ver la ejecución.
