Un portavoz del gobierno de Honduras informó que se han identificado 46 reclusas asesinadas por un motín en una prisión de mujeres en Honduras. Las primeras investigaciones apuntan a que un grupo de mujeres de la Pandilla 18 amenazaron con armas de alto calibre, sometieron a las guardias penitenciarias, atacaron las celdas donde se ubican sus rivales y luego les prendieron fuego.
El número de víctimas aumentó a medida que las autoridades identificaban más restos de prisioneras, muchos de los cuales estaban “carbonizados o reducidos” a cenizas, según Yuri Mora, vocera de la Fiscalía. Las autoridades han revelado que varias mujeres integrantes de una pandilla entraron con armas a las celdas y “selectivamente fueron asesinando” y prendieron fuego a los cadáveres.
El enfrentamiento se produjo cuando integrantes armadas de la Pandilla 18 retuvieron a los guardias y atacaron a miembros de la rival Mara Salvatrucha (MS-13). Las pandillas han luchado durante mucho tiempo por el control del narcotráfico y la extorsión. El sangriento conflicto ha convertido a Centroamérica en una de las regiones más peligrosas del mundo.
Según Julissa Villanueva, directora del sistema penitenciario de Honduras, el motín probablemente fue una reacción a la represión del gobierno en los últimos meses contra la corrupción dentro de las cárceles y describió el motín como un “ataque terrorista”.
Desde diciembre, el gobierno de Honduras implementó un estado de excepción, siguiendo el modelo de su país vecino El Salvador, que suspende algunos derechos constitucionales y permite que las fuerzas de seguridad detengan a personas que consideren asociadas con el crimen.
Redacción de: Karen Rodríguez
