Las autoridades sanitarias de Estados Unidos informaron que eliminarán progresivamente los colorantes artificiales derivados del petróleo del suministro de alimentos del país. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) establecerá un estándar nacional para reemplazarlos por ingredientes naturales antes de que finalice 2026.
“Hoy, la FDA está pidiendo a las compañías de alimentos que sustituyan los colorantes petroquímicos con ingredientes naturales para los niños estadounidenses, como ya lo hacen en Europa y Canadá”, declaró el comisionado de la FDA, Marty Makary, durante una conferencia de prensa. Agregó que esta medida representa un paso significativo hacia la protección de la salud infantil, señalando que durante medio siglo “hemos estado llevando a cabo uno de los experimentos científicos sin control más grandes del mundo con los niños de nuestra nación sin su consentimiento”.
La FDA iniciará el proceso revocando la autorización de ciertos colorantes que ya no se producen, y avanzará hacia la retirada total de los colorantes sintéticos del mercado. Actualmente, se permiten 36 colorantes alimentarios en EE. UU., de los cuales ocho son sintéticos.
El anuncio fue bien recibido por grupos defensores de la salud pública, que han advertido durante años sobre los posibles efectos neuroconductuales de estos aditivos, como hiperactividad y problemas de atención en niños. Uno de los colorantes ya en la mira es el Rojo 3, que será prohibido en alimentos para 2027 por su vinculación con cáncer en estudios en animales.
La medida llega en medio de crecientes presiones tanto de organizaciones de consumidores como de estados como California y Virginia Occidental, que ya han implementado restricciones a estos aditivos. En paralelo, la Asociación Internacional de Alimentos Lácteos anunció que eliminará voluntariamente los colorantes artificiales de los productos destinados a programas escolares para julio de 2026.
No obstante, algunos sectores de la industria alimentaria expresaron preocupaciones por los plazos. La Asociación Internacional de Fabricantes de Colorantes advirtió que exigir una reformulación completa en menos de dos años “subestima la complejidad del proceso de producción” y podría causar interrupciones en el suministro de alimentos accesibles. Mientras tanto, la Asociación Nacional de Confiteros dijo estar dispuesta a colaborar con el gobierno, aunque pidió que las decisiones se basen en “investigación objetiva y revisada por pares”.
La industria ya ha comenzado a adoptar alternativas naturales como pigmentos extraídos de remolacha, algas, boniato morado, col lombarda y hasta insectos triturados. Sin embargo, la transición total marcará un cambio significativo en la apariencia de los productos en los estantes de los supermercados estadounidenses, con implicaciones tanto para la salud como para el mercado alimentario.
Redacción de: Karen Rodríguez A.