Durante las últimas semanas, una serie de personajes participan en Ottawa, de las fiestas de fin de año. Se autodenominan poetas políticos y básicamente se burlan de las trifulcas partidistas protagonizadas por los diputados y que pululan en la Cámara de los Comunes.
Los propios representantes, aprovechan la ocasión, para de manera juguetona mandar sus mensajes a sus adversarios políticos. Es el caso del líder conservador, Pierre Poilievre, que se preguntaba si en el Canadá de Justin Trudeau, todavía se podía decir Feliz Navidad.
De mucho no sirvió la curiosidad de Poilievere, pues lo que más se escucha por estos días en el Parlamento, es justamente esta frase. Y siendo Canadá, un país multicultural por excelencia, se escuchó este saludo, nada menos que de 52 maneras diferentes.
Estas fiestas de final de año, no dejan de mostrar el momento político que vive la nación, con un primer ministro bastante desgastado por los años en el poder y por una inflación que carcome los bolsillos de los canadienses y con una posibilidad muy remota de reelegirse.
Del otro lado, un candidato que ya se ve como primer ministro, debido a la holgada ventaja que tiene en todas las encuestas de opinión. Sin embargo, si algo deben aprender los políticos, es que no se puede celebrar con tanta antelación. Los comicios serán en 2025.
Según algunos analistas, que acompañan el día a día en Ottawa, todo lo que el Partido Conservador quería con sus provocaciones, era arruinar estas fiestas navideñas de los liberales y en especial del primer ministro, Justin Trudeau. Por su parte, los supuestos poetas políticos, hicieron la fiesta con sus riffs del clásico poema, “La noche de Navidad”, escrito el año 1823.
Redacción de: J.Bendezu, LJI Reporte
