La elevada inflación que ya golpea los bolsillos de los canadienses, preocupa ahora a los administradores de bancos de alimentos. Lo cierto es, que con los elevados precios de los comestibles y con el anuncio de que los precios continuarán subiendo en el otoño, los bancos de comida enfrentan inmensas dificultades.
Un porcentaje cada vez mayor de canadienses está recurriendo a la ayuda de los bancos de alimentos para poder mantenerse alimentados. La demanda por este servicio ha aumentado drásticamente, tanto que muchas organizaciones de este rubro ya no se dan abasto y esperan que la procura aumente con el tiempo.
Los responsables por estos centros de apoyo comunitario declaran que desde el 2020 venía aumentando el número de personas que frecuentan los bancos de comida, sin embargo, ahora se vive un crecimiento exponencial de la búsqueda por alimentos, justo cuando algunos donantes anuncian que no pueden continuar contribuyendo.
De hecho, muchas de estas instituciones no reciben contribuciones del gobierno y sobreviven gracias a las donaciones que reciben de instituciones o de personas. La elevada inflación que provoca que los precios de los alimentos estén cada vez más altos, también afecta las donaciones que reciben estas organizaciones.
Un agravante para la difícil situación de los bancos de comida, es el reciente anuncio de los proveedores canadienses de alimentos a los minoristas, de que se avecinan más aumentos de los precios. El ejemplo más claro, es el del sector de lácteos -y de un alimento básico-, que prevé un segundo aumento del precio de la leche este año.
En general, los bancos de alimentos no sólo distribuyen comida, también ofrecen productos de higiene, productos para bebés y hasta suministros para mascotas. Todo ello, se ve comprometido con la disminución de las donaciones, que además de recursos económicos, donan alimentos precederos y no precederos. Directivos de estos centros, dicen que tienen esperanza de que los precios bajen en el invierno.
Redacción de: J.Bendezu, LJI Reporter
