Los habitantes de la capital de Guinea se vieron sorprendidos por un drástico incremento en los precios del transporte, tras el cierre de estaciones de servicio luego de una explosión y el subsiguiente incendio que dejó varios fallecidos, cientos de heridos y que podría afectar el suministro de gas en todo el país.
El siniestro ocurrió en el principal depósito de combustible de la nación en Conakry, capital de Guinea, arrasando principalmente áreas como Coronthie, donde residen algunas de las personas más desfavorecidas del país. Según las autoridades, al menos 18 personas perdieron la vida y más de 200 resultaron heridas, mientras que 738 hogares se vieron afectados por el incendio.
Este desastre ha suscitado temores en la población, ya que Guinea es altamente dependiente de productos petrolíferos importados, siendo el depósito destruido una fuente crucial de distribución. Esto ha generado preocupaciones de posibles compras de pánico del producto básico.
Ante la magnitud de la catástrofe, las autoridades han cerrado la mayoría de los lugares públicos y detenido las operaciones en estaciones de gasolina y camiones cisterna. Mientras tanto, cientos de personas han sido reubicadas en refugios temporales.
La situación también ha generado un aumento exorbitante en los costos de transporte. A pesar de las advertencias del gobierno sobre posibles cortes de suministro eléctrico, hasta el momento los hogares y las instalaciones aún contaban con electricidad. Sin embargo, la escasez de gas está comenzando a afectar gravemente al sistema de transporte público, fundamental en el país.
En medio de este caos, la solidaridad entre los residentes ha aflorado, con muchos ofreciendo ayuda y apoyo a los desplazados. Sin embargo, la crisis continúa generando dificultades económicas y logísticas en la vida diaria de los habitantes de la capital guineana.
Redacción de: Karen Rodríguez