El parlamento francés está considerando prohibir los cigarrillos electrónicos desechables de un solo uso, que son populares entre los adolescentes por sus sabores dulces y están bajo escrutinio como una nueva fuente de contaminación.
La prohibición, apoyada por la primera ministra Elisabeth Borne y el ministro de Salud, Aurelien Rousseau, tiene como objetivo proteger la salud de los jóvenes y mitigar los impactos ambientales de los cada vez más populares productos desechables conocidos como “puffs”.
Se esperaba que la Asamblea Nacional votara la medida el lunes por la noche. Si se aprueba, pasaría al Senado y podría entrar en vigor en septiembre de 2024.
Los cigarrillos electrónicos desechables son dispositivos pequeños que funcionan con baterías y que liberan nicotina vaporizada con varios sabores. Si bien no contienen tabaco, muchos incluyen nicotina, una sustancia química peligrosa conocida por sus propiedades adictivas.
Marion Catellin, presidenta de la Alianza Contra el Tabaco, señaló que “los cigarrillos electrónicos de un solo uso están hechos de plástico, contienen una batería de litio y metales pesados como cobalto y bromo, y la nicotina de estas cápsulas es una sustancia altamente tóxica” y agregó que “este impacto ambiental por sí solo justifica una prohibición”.
Los cigarrillos electrónicos desechables se diferencian de los dispositivos de vapeo reutilizables en que no están diseñados para ser rellenados o recargados. Sus pequeñas baterías de litio no recargables suelen acabar en vertederos.
Este proyecto de ley es parte de una tendencia más amplia. El Reino Unido, Irlanda y Alemania están considerando medidas similares. Nueva Zelanda y Australia ya han implementado restricciones. Las medidas de Nueva Zelanda incluyen exigir niveles más bajos de nicotina y restricciones en las tiendas de vapeo cerca de las escuelas.
Redacción de: Karen Rodríguez
