Un nuevo estudio de la Sociedad de Alzheimer de Canadá destaca la necesidad urgente de adaptar servicios y apoyos para abordar las crecientes tasas de demencia en el país, proyectando un aumento del 187% en el número de personas afectadas para 2050. Se espera que más de 1.7 millones de personas en Canadá vivan con demencia en 26 años, en comparación con las 597.300 estimadas en 2020.
El informe enfatiza la importancia de comprender las necesidades únicas de diversas comunidades, reconociendo que la demencia afectará a través de fronteras, sectores y culturas. Se destaca la relevancia de abordar barreras estructurales y determinantes sociales de la salud que impactan la salud cerebral de varias poblaciones.
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El aumento previsto en los casos de demencia en Canadá requiere adaptaciones y apoyos específicos para comunidades diversas.
El Dr. Joshua Armstrong, científico investigador de la Sociedad de Alzheimer de Canadá, enfatiza la necesidad de adaptar los enfoques para ayudar a todos, incluidos adultos indígenas, personas racializadas y jóvenes, a vivir con demencia. El estudio también subraya la conexión entre la pobreza y un mayor riesgo de enfermedades neurológicas, resaltando la importancia de abordar las disparidades socioeconómicas.
El impacto de la demencia se siente de manera desigual, y el estudio aboga por una lucha más efectiva contra el estigma, la discriminación y los estereotipos asociados con la demencia. Además, se destaca la demencia de inicio temprano (menores de 65 años) y la necesidad de apoyo en el lugar de trabajo y diagnósticos oportunos.
Con el cambio demográfico proyectado, se espera que la diversidad en la población de pacientes con demencia evolucione significativamente para 2050. Se predice que las comunidades de origen asiático experimentarán un crecimiento más rápido en casos de demencia, representando una cuarta parte de las personas afectadas.
El número de personas menores de 65 años con demencia en Canadá podría aumentar a más de 40.000 personas en 2050 desde unas 28.000 estimadas en 2020, sugiere el estudio.
El estudio insta a la adaptación de recursos y capacitación culturalmente seguros y accesibles para profesionales de la salud, así como la necesidad de abordar el racismo en la atención médica y los sistemas de apoyo social. También se destaca la importancia de mejorar la recopilación de datos nacionales basados en la raza sobre la salud cerebral y la demencia.
En resumen, el estudio enfatiza la necesidad de una mayor inclusión y comprensión de la diversidad en todos los aspectos de la demencia, desde la investigación hasta los sistemas de atención, para optimizar la salud y la atención médica para todos.
Redacción de: Karen Rodríguez A.