El Banco Mundial presentó su evaluación más reciente sobre la economía global, destacando un crecimiento moderado pero sostenido en medio de un panorama complejo marcado por la guerra, las políticas comerciales proteccionistas y las altas tasas de interés. Aunque la economía mundial se expandió un 2,7 % en 2024 y se espera que mantenga ese ritmo en 2025 y 2026, este desempeño está por debajo del promedio del 3,1 % registrado en la década previa a la pandemia.
Según el informe Global Economic Prospects, la desaceleración refleja el impacto persistente de las crisis recientes, como la pandemia de COVID-19 y la invasión rusa de Ucrania. Aunque las tasas de inflación global han caído, pasando de un máximo del 8 % en 2022 a un esperado 2,7 % en 2025, el crecimiento económico sigue siendo insuficiente para aliviar la pobreza mundial, especialmente en los países de ingresos bajos y medios.
Panorama desigual entre regiones
Mientras que las economías avanzadas, como la de Estados Unidos, han mostrado resiliencia, las naciones en desarrollo enfrentan un panorama más sombrío, considerando que sus ingresos per cápita permanecen muy por debajo de los niveles de los países ricos y han experimentado un crecimiento promedio de apenas 3,5 % en los años recientes.
El economista jefe del Banco Mundial, Indermit Gill, advirtió que los próximos 25 años serán más difíciles para las economías en desarrollo que los últimos 25, y señaló los conflictos como un factor clave detrás de este lento crecimiento. Países en crisis, como Sudán y Gaza, han visto reducido su crecimiento a niveles mínimos, mientras que el impacto económico de la guerra continúa extendiéndose por Europa, Oriente Medio y África.
Por un lado, Estados Unidos, la mayor economía mundial, ha logrado mantener un crecimiento superior al esperado, impulsado por un fuerte consumo, la llegada de inmigrantes que han aliviado la escasez de mano de obra y mejoras en la productividad. Por otro lado, Europa, afectada por los altos precios de la energía y una débil inversión, enfrenta un crecimiento anémico, con una proyección de apenas 1 % para este año.
En Asia, el contraste es notable. Mientras que China enfrenta una desaceleración económica debido al desplome de su mercado inmobiliario y un consumo interno deprimido, India se ha consolidado como la economía de más rápido crecimiento, con una expansión esperada del 6,7 % en 2025, impulsada por la recuperación agrícola en las zonas rurales.
Riesgos y desafíos globales
El informe también señala incertidumbres significativas en el panorama económico mundial. Entre ellas las posibles alteraciones en las políticas comerciales y fiscales, particularmente en Estados Unidos, donde los planes económicos del presidente electo Donald Trump generan inquietud. Su propuesta de reducir impuestos, imponer aranceles y deportar inmigrantes podría aumentar la inflación y alterar el comercio global, afectando tanto a las economías avanzadas como a las emergentes.
Por otro lado, el informe subraya la importancia de abordar los desafíos estructurales que enfrentan las economías en desarrollo, como la falta de inversión y los crecientes costos del cambio climático. Sin medidas concretas, estas barreras podrían limitar aún más las oportunidades de crecimiento sostenible y equitativo en el futuro.
Banco Mundial cerró su evaluación con un llamado a la cooperación internacional y a la implementación de políticas que promuevan el crecimiento inclusivo. Sin embargo, el informe deja claro que, mientras persistan los conflictos y las tensiones comerciales, el camino hacia una economía global robusta y equitativa seguirá siendo un desafío monumental.
Redacción de: Karen Rodríguez A.
