Investigadores del Institut Català de Paleontología Miquel Crusafont de España (ICP), del Museo de la Conca Dellà (MCD en Isona, Lleida) y la universidad checa de Masaryk Brno describieron esta semana en la revista Scientific Reports una nueva especie de tortuga marina del Cretácico superior, de hace unos 83 millones de años: Leviathanochelys aenigmatica. Su nombre científico significa “la tortuga leviatán enigmática” por la famosa bestia bíblica marina de enormes dimensiones y algunas características únicas de su esqueleto.
“La sorpresa fue mayúscula. Lo cierto es que no son habituales los restos de reptiles marinos en los Pirineos y menos de estas dimensiones”, explica el coautor Oscar Castillo, investigador del ICP y el MCD. Los restos fósiles de este reptil, del que solo se conoce parte de su caparazón y la pelvis, permiten estimar una longitud total de la concha de 3,7 metros de largo.
Se trata de la tortuga marina más grande de Europa y la segunda del mundo, solo superada por el género Archelon de Norteamérica, que medía hasta cuatro metros y medio de largo. “La morfología de los fósiles también era muy curiosa, en el proceso de investigación tuvimos claro que se trataba de una nueva especie para la ciencia”, afirma el paleontólogo.
El estudio indica que Leviathanochelys es uno de los representantes más antiguos de las Chelonioidea, el grupo que incluye a todas las tortugas marinas actuales. Más allá de sus colosales dimensiones, la nueva especie presenta unas protuberancias en la parte anterior de la pelvis nunca vistas en ninguna otra tortuga, ni terrestre ni marina.
Los autores creen que estas proyecciones óseas, ligadas a la musculatura que controlaba la contracción del vientre del animal, habrían podido participar en funciones relacionadas con su sistema respiratorio.
Las características anatómicas de esta nueva especie sugieren que tenía un estilo de vida pelágico y era capaz de alcanzar grandes profundidades.