Cada vez más trabajadores en Estados Unidos están optando por tomar licencias laborales para abordar problemas de salud mental como la ansiedad, la depresión y el estrés crónico, en un contexto marcado por el aumento de cargas emocionales, cambios personales y un entorno laboral cada vez más exigente.
La creciente apertura hacia el cuidado de la salud mental ha llevado a un número mayor de empleadores a reconocer la necesidad de ofrecer tiempo libre a sus empleados, incluso antes de que estos lleguen a un punto de quiebre. ComPsych Corp., proveedor de programas de asistencia para empleados, ha instado a sus clientes empresariales a priorizar el bienestar psicológico y a contar con procesos claros para gestionar solicitudes de licencia.
De acuerdo con Alight, empresa especializada en beneficios laborales, los tres diagnósticos más comunes para licencias por salud mental entre sus clientes corporativos durante los últimos dos años han sido depresión, ansiedad y trastorno de adaptación, este último caracterizado por respuestas desproporcionadas al estrés.
Las licencias por salud mental pueden extenderse desde algunas semanas hasta varios meses y pueden estructurarse de manera flexible. Algunas organizaciones ofrecen “licencias intermitentes”, que permiten trabajar en horarios reducidos o tomar descansos breves según necesidad. En empresas con más de 50 empleados, la Ley de Licencia Familiar y Médica (FMLA, por sus siglas en inglés) garantiza hasta 12 semanas de licencia sin riesgo de perder el empleo, aunque no siempre con remuneración. En algunos casos, los trabajadores pueden acceder a beneficios por incapacidad temporal si están disponibles.
Estigamas sociales
El estigma social en torno a las enfermedades mentales sigue siendo un obstáculo para muchos empleados, que temen consecuencias profesionales por hablar de sus dificultades. Sin embargo, hay una creciente tendencia a compartir experiencias personales como forma de normalizar la conversación sobre salud mental en los espacios laborales.
Expertos recomiendan que, al considerar solicitar una licencia, los trabajadores evalúen el ambiente de trabajo y el nivel de confianza con sus superiores. En cualquier caso, no existe obligación de revelar detalles personales al resto del equipo. Una simple notificación sobre la ausencia y el tiempo estimado de regreso es suficiente, según especialistas en gestión de ausencias.
Este enfoque más humano hacia el trabajo no solo beneficia a quienes enfrentan crisis personales, sino que también permite a las empresas fomentar entornos más empáticos y sostenibles. Organizaciones y líderes laborales coinciden en que apoyar a los empleados en su recuperación contribuye a largo plazo a la productividad y estabilidad del equipo.
Redacción de: Karen Rodríguez A.
