Al final de un funeral de Estado al que asistieron millones de personas de todo el mundo, la reina Isabel II fue llevada a su amado Castillo de Windsor para ser enterrada en una pequeña capilla en una ceremonia privada.
Originalmente construido por Guillermo el Conquistador después de la conquista normanda en 1066, el Castillo de Windsor ha sido reconstruido y remodelado a lo largo de los siglos, sin embargo, es el castillo ocupado más antiguo y más grande del mundo.
En las afueras de Londres, era el principal retiro de fin de semana de la reina y, en los últimos años de su reinado, su hogar preferido.
Un gran incendio allí en 1992 causó muchos daños, coronando lo que la reina llamó su “Annus Horribilis” (Año Horrible), que vio una serie de escándalos en la familia real.
El Castillo de Windsor es el lugar de descanso de más de una docena de reyes y reinas ingleses y británicos. La mayoría están enterrados en la Capilla de San Jorge, incluidos Enrique VIII, que murió en 1547, y Carlos I, que fue decapitado en 1649.
La reina será enterrada en la Capilla Conmemorativa del Rey Jorge VI, que está al lado del coro de la Capilla principal de San Jorge. Ella encargó la capilla conmemorativa en 1962 y le puso el nombre de su padre.
El rey Jorge y su esposa, la reina madre, están enterrados allí, junto con su hija menor, la princesa Margarita.
Así mismo, el ataúd del Príncipe Felipe, que murió el 9 de abril de 2021, ha sido guardado en una Bóveda Real para que pueda ser enterrado junto a la reina.
