Un nuevo informe de Statistics Canada revela que los canadienses están pasando significativamente menos tiempo con sus amigos que en décadas anteriores, siendo el descenso más pronunciado entre las personas en edad laboral. Según los datos, solo el 19,3% de los canadienses vio a sus amigos en un día promedio en 2022, una fuerte caída respecto al 47,9% registrado en 1986.
El estudio se basó en encuestas que preguntaban si las personas habían estado en compañía de amigos o familiares en persona —excluyendo interacciones virtuales como llamadas telefónicas o redes sociales—. Los resultados muestran una disminución sostenida en la socialización presencial, especialmente entre quienes tienen entre 25 y 64 años, donde la probabilidad de ver a un amigo en un día determinado pasó del 42% al 14% en el mismo período de 36 años.
Asimismo, el tiempo promedio que las personas pasaban con amigos también disminuyó: de 5 horas en 1986 a 3,8 horas diarias en 2022. Esta tendencia coincide con un aumento en la percepción de falta de tiempo para estar con seres queridos: más del 46% de los canadienses informaron en 2022 que no pasaban suficiente tiempo con familiares y amigos, en comparación con el 34% en 1992.
Mientras tanto, los jóvenes de entre 15 y 24 años, aunque siguen siendo el grupo más propenso a tener interacciones sociales con un 41% en 2022, también experimentaron una caída de más de 30 puntos porcentuales desde 1986.
Expertos consultados vinculan estos resultados con los desafíos estructurales de la vida moderna. La profesora Laura Eramian, de la Universidad de Dalhousie, atribuye el fenómeno al aumento del costo de vida, el envejecimiento poblacional y la carga de cuidados que recae sobre personas en edad laboral, factores que relegan las amistades en las prioridades diarias.
Por su parte, Luca Maria Pesando, de la Universidad McGill, explicó que esta tendencia también se observa en otros países con economías avanzadas, marcada por la “cultura del ajetreo”, la hiperconectividad tecnológica y la extensión de las jornadas laborales. Pesando añadió que el teletrabajo y el distanciamiento social durante la pandemia probablemente intensificaron el aislamiento.
Ambos especialistas coinciden en que el problema no se resolverá simplemente apelando a decisiones individuales sobre el uso del tiempo, sino mediante reformas estructurales. Estas incluirían políticas laborales que permitan una mayor conciliación entre vida personal y trabajo, así como la expansión de espacios públicos gratuitos y accesibles para la socialización.
Según Pesando, “los lugares de trabajo deben continuar promoviendo políticas que reconozcan el valor del descanso, el tiempo libre y las conexiones sociales”, elementos clave para contrarrestar el desgaste emocional y fortalecer el tejido social en Canadá.
Redacción de: Karen Rodríguez A.