En Canadá, las bodas, los nacimientos y hasta los baby showers cuentan con un elemento común: una lista de regalos. Pero, ¿qué pasa cuando una relación termina? ¿Por qué el divorcio, una transición tan significativa, no recibe el mismo tipo de apoyo? Esta fue la pregunta que se hicieron las hermanas Olivia Howell y Genevieve Dreizen, quienes decidieron transformar su propia experiencia personal en una oportunidad de innovación social. Así nació Fresh Starts Registry, el primer registro de divorcios del mundo, una plataforma que permite a los divorciados recibir obsequios, recursos y acompañamiento para iniciar una nueva etapa con dignidad y esperanza.
Aunque la empresa tiene su sede en Nueva York, ha captado la atención de usuarios en Canadá y en otras partes del mundo, donde el divorcio continúa siendo un proceso emocionalmente complejo y, a menudo, aislante. El objetivo del servicio es claro: normalizar el apoyo a quienes enfrentan una ruptura, brindar herramientas prácticas y emocionales para reconstruir su vida, pero, sobre todo, eliminar el estigma que aún rodea al acto de separarse.
Las cifras hablan por sí solas. Según Statistics Canada, las tasas de divorcio en el país han disminuido progresivamente: de 12,7 divorcios por cada 1.000 personas en 1991 a 5,6 por mil en 2020. Sin embargo, esta tendencia no se traduce necesariamente en menos rupturas, sino en cambios en las formas de relación. Muchas personas optan por uniones de hecho y deciden postergar o evitar el matrimonio.
Aun así, el divorcio sigue siendo una experiencia común: los datos muestran que aproximadamente el 34% de los matrimonios terminan en divorcio después de 30 años, y el 37% tras medio siglo. Estas cifras reflejan una realidad social constante: las relaciones cambian, y el acompañamiento en estas transiciones sigue siendo una necesidad.
Más allá de los regalos: una red de apoyo integral
La plataforma Fresh Starts Registry va mucho más allá del simple intercambio de obsequios. Su sitio web ofrece acceso a una red de profesionales que acompañan el proceso de divorcio desde múltiples dimensiones: mediadores, abogados especializados, terapeutas, asesores financieros y trabajadores sociales.
También proporciona guías prácticas, libros electrónicos, podcasts y eventos pensados para fortalecer el bienestar emocional y económico de quienes atraviesan una separación. La idea es ofrecer un enfoque integral y humano que transforme un momento difícil en una oportunidad para crecer, sanar y reconstruir.
Este modelo encaja perfectamente con la evolución que ha vivido el sistema de divorcio canadiense. En 2021, la Ley de Divorcio del país fue reformada para fomentar métodos de resolución alternativos antes de acudir a los tribunales, como la mediación o el arbitraje. Estas prácticas, más colaborativas y menos adversariales, permiten reducir el conflicto y los efectos negativos, especialmente en los hijos.
Redacción de: Karen Rodríguez A.
