Más de 500 profesores universitarios de todo Canadá han firmado una carta abierta dirigida a los líderes de los partidos federales, exigiendo acciones firmes para proteger la libertad académica y convertir al país en un refugio seguro para los llamados “refugiados académicos” estadounidenses.
El movimiento surge en respuesta al creciente clima de hostilidad hacia las universidades en Estados Unidos, alimentado por las políticas del expresidente Donald Trump. Entre los firmantes se encuentran destacados académicos que advierten sobre el impacto de estas medidas no solo en la libertad intelectual, sino también en la cooperación académica entre ambos países.
“La administración Trump ha emprendido un ataque sin precedentes contra la educación superior estadounidense”, señala la carta, que urge al próximo gobierno canadiense a aumentar la financiación del sistema universitario nacional y ofrecer acogida a investigadores y estudiantes que enfrentan represión al sur de la frontera.
Entre las preocupaciones mencionadas en la carta están los recortes presupuestarios, el uso de los fondos federales como herramienta de control ideológico, y la represión de la libertad de expresión en los campus. La reciente detención de activistas estudiantiles por parte del ICE, por participar en protestas pro-palestinas, ha intensificado el temor dentro de las comunidades académicas.
Contexto académico en Canadá
En Canadá, sin embargo, el clima político no está exento de controversia. El líder conservador Pierre Poilievre ha amenazado con retirar fondos a universidades que, según él, promueven una agenda ideológica. Su plataforma para Quebec propone terminar con la “imposición de la ideología progresista” en la investigación universitaria financiada por el Estado.
Por su parte, el Partido Liberal ha hecho escasas referencias a la educación superior durante la campaña electoral, aunque incluye promesas como mejorar el acceso de estudiantes indígenas y establecer un fondo de 20 millones de dólares para nuevas plazas de capacitación.
La carta exige medidas concretas del próximo gobierno, incluyendo duplicar las plazas docentes, eliminar los límites a la inmigración estudiantil, garantizar la autonomía universitaria y proteger el derecho a la protesta sin temor a represalias.
“Estas acciones posicionarán a Canadá como un líder global en libertad, equidad y conocimiento”, afirma el documento.
A medida que se acercan las elecciones federales, la comunidad académica espera que los partidos políticos escuchen su llamado y reconozcan que, en tiempos de crisis intelectual, la educación superior no puede quedar fuera del debate nacional.
Redacción de: Karen Rodríguez A.