El presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, dijo el martes que suspendía temporalmente el proceso de transición y pidió la renuncia del fiscal general luego de redadas en instalaciones electorales durante las cuales agentes del gobierno abrieron cajas de votos y fotografiaron su contenido en lo que los expertos llamaron una violación de la ley sin precedentes.
Arévalo informó que notificó al presidente saliente, Alejandro Giammattei, quien apenas un día antes había prometido un traspaso del poder sin contratiempos, y que sólo regresaría al proceso cuando se cumplieran las condiciones necesarias. En este contexto, no quedó claro de inmediato si esto podría afectar la transferencia de poder ordenada constitucionalmente el 14 de enero.
Luis Gerardo Ramírez, portavoz del tribunal, dijo que el organismo no había dado permiso para abrir las cajas y dijo que el allanamiento lo estaba realizando la Fiscalía General de la República con orden de un juez. La Procuraduría General de la República había solicitado revisar al menos 160 urnas de votos de diversas partes del país, dijo Ramírez.
La ley guatemalteca permite que sólo el personal del Tribunal Supremo Electoral y los equipos que cuentan los votos en los lugares de votación el día de las elecciones manejen los votos secretos. “Esto no tiene precedentes, la ley no establece un proceso para esto”, dijo Gloria López, directora electoral del tribunal, quien además señaló que sólo la autoridad receptora en cada lugar de votación el día de las elecciones debe revisar las papeletas marcadas.
López dijo además que los votos en las urnas abiertas no tienen respaldo digital por lo que al manejarlos, la Fiscalía General estaba rompiendo la cadena de custodia del Tribunal Supremo Electoral.
La misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos en Guatemala expresó profunda preocupación por las acciones. La misión ya había informado que las acusaciones de los fiscales contra el proceso electoral carecen de fundamento.
Redacción de: Karen Rodríguez
