El presidente chileno, Gabriel Boric, recibió el nuevo proyecto de Constitución y pidió un plebiscito nacional el próximo mes para que los ciudadanos puedan decidir si la nueva carta reemplazará a la constitución de la era de la dictadura en Chile.
Los chilenos, que en septiembre del año pasado rechazaron rotundamente una propuesta de Constitución que había sido escrita por una convención de tendencia izquierdista, decidirán el 17 de diciembre si aceptan el nuevo documento que fue escrito en gran medida por conservadores.
“El momento definitivo para los ciudadanos ha comenzado, y ahora es su voz y su decisión lo que realmente importa”, dijo Boric durante una ceremonia formal en el Congreso para entregar formalmente el documento y firmar el decreto que pide la votación.
Después de que los chilenos rechazaran la propuesta de lo que muchos caracterizaron como una de las constituciones más progresistas del mundo, ahora deben decidir si votar por un documento que algunos advierten que va al otro extremo.
Uno de los artículos más controvertidos del nuevo documento propuesto dice que “la ley protege la vida de los no nacidos”, con un ligero cambio en la redacción del documento actual que algunos han advertido que podría hacer que el aborto sea completamente ilegal en el país sudamericano. Actualmente, la ley chilena permite la interrupción de los embarazos por tres razones: violación, si el feto es incapaz de sobrevivir y riesgo para la vida de la madre.
Otro artículo en el documento propuesto que ha provocado controversia dice que los prisioneros que sufren una enfermedad terminal y no se consideran un peligro para la sociedad en general pueden ser condenados a un arresto domiciliario. Los miembros de la oposición de izquierda han dicho que la medida podría beneficiar a aquellos que han sido condenados por crímenes de lesa humanidad durante la dictadura (1973-1990).
El nuevo documento propuesto, que dice que Chile es un estado social y democrático que “promueve el desarrollo progresivo de los derechos sociales” a través de las instituciones estatales y privadas, también está siendo opuesto por muchos líderes locales que dicen que elimina los impuestos sobre las casas que son residencias primarias, una fuente vital de ingresos estatales que son pagados por los más ricos.
El gobierno de Boric ha prometido permanecer neutral en el debate sobre el nuevo texto propuesto, aunque varios de los aliados de la administración ya han dicho que se oponen al nuevo documento. Las encuestas han sugerido que la propuesta tiene pocas posibilidades de ser aprobado, aunque al menos un tercio de la población parece estar indecisa. En este contexto, si se rechaza la nueva carta, la constitución de la era Pinochet permanecerá en vigor.
Los chilenos se dirigirán a las urnas un poco más de un año después de que el 62% votara a favor de rechazar una propuesta de constitución que caracterizaba a Chile como un estado plurinacional, establecía territorios indígenas autónomos y priorizaba el medio ambiente y la paridad de género.
Redacción de: Karen Rodríguez