Panamá anticipó que tomará medidas concretas ante el recrudecimiento de los migrantes que atraviesan la peligrosa selva del Diarén, al considerar que los demás países, incluyendo Colombia, hacen poco por detener ese flujo que califica de “inhumano”.
Mediante un comunicado, el gobierno de Panamá no especificó cuáles serán las acciones que tomarán; sin embargo, la directora del Servicio Nacional de Migración, Samira Gozaine, dijo que es el momento de establecer “normas y reglas” e incluso dejó entrever la posibilidad de cierres fronterizos. Las medidas se anunciarán la próxima semana, en momentos en que los tránsitos por esa zona fronteriza ya supera los 300.000, según cifras oficiales.
Según declaraciones del Ministro de Seguridad de Panamá, Juan Manuel Pino, se ha rebasado la capacidad de atenderlos y a pesar de todos los esfuerzos y reuniones que ha sostenido Panamá con los países involucrados “no ha sido posible lograr un alto”.
Parte de la estrategia del gobierno incluye la campaña mediática “Darién no es una ruta, es una jungla”, que busca desincentivar el flujo migratorio y que describe la realidad a la que se enfrentan los migrantes que emprenden la peligrosa travesía que ha cobrado la vida de muchas personas.
Cada día ingresan entre 2.500 y 3.000 personas al Darién. La mayoría son migrantes venezolanos, ecuatorianos, haitianos, de África y en los últimos meses se ha reportado un incremento de chinos. En 2022 el número total de migrantes que cruzaron la jungla fue de 248.000, una cifra que fue rebasada el mes pasado.
Otra preocupación del gobierno panameño es el impacto ambiental del tránsito de migrantes por la selva. “Darién es un pulmón natural que está siendo devastado y ya existe un serio problema ambiental”, dijo el comunicado. El Parque Nacional Darién es el mayor parque natural de Centroamérica y se extiende más allá de la frontera con Colombia.
Redacción de: Karen Rodríguez