Un contundente informe presentado el miércoles en Nueva Zelanda, reveló que durante décadas niños y adultos vulnerables fueron víctimas de abusos y que ni las agencias especiales, ni las iglesias del país fueron capaces de impedir, detener y ni siquiera admitir la existencia del maltrato de personas que estaban bajo su cuidado y responsabilidad.
La investigación de estas atrocidades fue encargada a un equipo independiente por la Comisión Real, que es el nivel más elevado de investigación que existe en ese país. La conclusión final demoró seis años para ser presentada, tras veinte años de investigaciones similares en varios países que luchan por enfrentar las transgresiones de las autoridades.
Según el informe de la investigación, la escala de los abusos fue inimaginable, estiman que durante siete décadas, más de 200 mil personas sufrieron abusos. Los resultados fueron una vergüenza nacional aseveraron, de 650 mil niños y adultos vulnerables bajo cuidado estatal, casi un tercio sufrió abuso físico, sexual, verbal o psicológico entre 1950 y 2019.
Los responsables por el estudio, dijeron que estas graves violaciones ocurrieron en Nueva Zelanda, mientras el país se promocionaba a nivel internacional como un bastión de los derechos humanos, como una nación segura y justa para los niños. Asimismo, dijeron que si no se aborda esta injusticia, quedará para siempre una mancha en su carácter nacional.
La reacción de las autoridades
El primer ministro Christopher Luxon, afirmó que era un día triste y oscuro para su país, que siempre pensaron que eran excepcionales y diferentes, pero que en realidad no lo son. Aseveró que se disculpará formalmente con las víctimas o sus sobrevivientes y que por ahora, es demasiado pronto para decir cuánto el gobierno pagará como compensación.
Es la primera vez que el gobierno estuvo de acuerdo en que el tratamiento histórico de algunos niños desde 1950, equivalía a actos de tortura. Asimismo, recalcó que estudiarán la manera de sancionar ejemplarmente a los funcionarios involucrados en negar o encubrir dichos abusos, probablemente perderán el derecho a sus trabajos, ponderó Luxon.
De acuerdo con el informe, al igual que en Canadá y Australia, muchos niños fueron separados arbitraria e injustamente de sus familias, los menores indígenas fueron objeto de internamiento en instalaciones más duras. El estudio destacó a las iglesias, en particular a la iglesia católica, concluyó que hasta el 42 por ciento de las personas bajo el cuidado religioso de todas las denominaciones habían sido víctimas de todo tipo de abusos.
Redacción de: J.Bendezu, LJI Reporte