Funcionarios del bloque comercial sudamericano Mercosur se reunieron el martes para acordar su contrapropuesta a una adenda de la Unión Europea sobre un acuerdo comercial largamente esperado antes de reunirse con los negociadores de la UE en agosto con la esperanza de cerrar un acuerdo.
Mercosur buscará unificar sus posiciones el miércoles y el jueves para responder a la UE sobre las adiciones ambientales que el organismo europeo hizo al acuerdo comercial, según mencionó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, donde se llevan a cabo las conversaciones.
Brasil se sintió atacado por una “carta complementaria” que la UE agregó a principios de este año al acuerdo de 2019, que exige garantías ambientales por parte de los signatarios. El gobierno del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, quien ha hecho audaces promesas de protección ambiental en contraste con su predecesor, se ha tomado su tiempo para dar una respuesta.
Un diplomático con conocimiento de las negociaciones dijo que Brasil buscaría una compensación por la carta complementaria en forma de mayores cuotas para las exportaciones a la UE o cuotas reducidas para los productos europeos vendidos a Mercosur. Las fuentes dijeron que Brasil también buscará nuevas excepciones a la apertura de compras gubernamentales para empresas extranjeras en la industria de la salud, la construcción del sector público y la tecnología verde.
Los europeos redactaron la carta complementaria en respuesta al expresidente de extrema derecha de Brasil, Jair Bolsonaro, quien socavó las protecciones ambientales y permitió que la deforestación se disparara. Si bien Lula ha revisado la política ambiental de Brasil, los diplomáticos europeos dicen que la UE aún necesita garantías contra una recaída.
Brasil teme que la adenda pueda dar lugar a sanciones comerciales. Sus diplomáticos se quejan de que las nuevas reglas van más allá del acuerdo climático de París que su país está cumpliendo.
La UE aprobó recientemente una ley que prohíbe seis productos importados si están relacionados con la deforestación, lo que los exportadores brasileños y los funcionarios del gobierno vieron como una medida proteccionista.
Uno de los diplomáticos brasileños dijo que la nueva ley había “enturbiado las aguas” al no distinguir entre la deforestación legal e ilegal en Brasil, lo que dificultaba la conclusión de las negociaciones comerciales para fin de año.
La UE ha advertido intentar renegociar partes del acuerdo comercial, dado que se necesitaron dos décadas para llegar a un acuerdo inicial. Los diplomáticos brasileños dicen que están tratando de modificar las concesiones y las cuotas para no reabrir capítulos que podrían estancar todo el trato.
Redacción de: Karen Rodríguez