Cada vez más grupos que representan a las empresas en Ontario están pidiendo a Doug Ford que introduzca algún tipo de sistema de pasaporte de vacunas para garantizar que si hay brotes de COVID o picos de casos dramáticos en el futuro, puedan permanecer abiertos en lugar de tener que volver a cerrarse.
La medida ha sido polémica que ha dividido a los funcionarios de la provincia, aunque el primer ministro Doug Ford se ha opuesto firmemente al concepto, insistiendo en que no tendrá una “sociedad dividida” y continúa suplicando a todos los residentes elegibles que vayan a vacunarse por completo lo antes posible, si aún no lo han hecho.
Mientras tanto, provincias como Quebec que tiene como objetivo evitar el cierre completo de sectores de la economía, si la transmisión vuelve a empeorar durante una posible cuarta ola, están implementando pruebas de sistemas de vacunación en las próximas semanas que requerirán que los clientes estén completamente inmunizados contra el virus para ingresar a ciertos negocios y participar en ciertas actividades en algunas circunstancias. También es para permitir que aquellos que han hecho el esfuerzo de ir a vacunarse puedan tener una “vida casi normal”, dijo el primer ministro de Québec, François Legault.
De igual forma, Manitoba ya ha implementado un programa de este tipo y los gobiernos de B.C., New Brunswick y Nueva Escocia están revisando hacer algo similar.
En Ontario, a pesar de la postura de Ford, varias pequeñas empresas, los líderes y grupos que las representan, médicos y políticos como el alcalde de Toronto, John Tory, han pedido que Ontario también respalde algún tipo de pasaporte de vacunas. Un miembro de CFIB dijo que la organización respaldará un sistema de prueba de vacunación, si eso significaba que las empresas podrían permanecer abiertas en lugar de enfrentar las restricciones de bloqueo que se vieron anteriormente en la pandemia durante los momentos más drásticos de COVID-19.
Aunque Ford ha rechazado rotundamente la medida, otros miembros del equipo han sido bastante inconsistentes y vagos al abordar preguntas sobre el tema, como en el caso de la ministra de Salud, Christine Elliott, que, por ejemplo, dijo en el 2020 que “será muy importante tener algún tipo de documento de prueba de vacuna para ciertas situaciones en el futuro”, y luego calificó ese programa como una cuestión de jurisdicción federal, no provincial.
