La Torre de Pisa cumple 850 años y lo celebra a lo grande. La primera piedra de esta singular torre se colocó el 9 de agosto de 1.173, y aunque ahora goza de estabilidad, en los años 1.990 se tuvo que fortalecer su estructura para evitar su colapso.
En algún momento se temió que la torre de Pisa estuviera al borde del colapso, ya que la inclinación que la convirtió en un monumento tan popular amenazaba su propia existencia. Sin embargo, esta semana, en la celebración del 850 aniversario del monumento, sus guardianes le dieron el visto bueno y aseguraron que no desaparecería de las fotos turísticas.
Andrea Maestrelli, presidente de la Opera della Primaziale Pisana (OPA), el organismo milenario que se ocupa del complejo catedralicio que incluye la torre declaró que “Hoy el campanario es un monumento estable” pero no siempre fue así.
A principios de la década de 1.990, la torre, pieza central de un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, alcanzó una inclinación de 4,5 grados y los temores por su estabilidad llevaron a un esfuerzo internacional para evitar que se derrumbara, con trabajos que duraron ocho años desde 1.993. Ahora, los expertos dicen que su futuro es “prometedor”, con vigilancia por satélite y terrestre, que actualmente rastrea hasta el más mínimo cambio en su posición, lo que convierte al famoso campanario en uno de los monumentos más vigilados del mundo.
Los eventos por su aniversario abarcan exposiciones de pintura, grabados, fotografías, y películas que han inmortalizado esta obra a lo largo de los años. Así mismo, se desarrollarán conciertos, como el de música clásica que tuvo lugar el 9 de agosto al exterior de la catedral de Pisa, al pie de la torre.
Redacción de: Karen Rodríguez
