La administración Trump ha revocado la certificación de la Universidad de Harvard para inscribir estudiantes internacionales, una decisión sin precedentes que ya genera repercusiones más allá de las fronteras estadounidenses. Con casi 6.800 estudiantes internacionales actualmente inscritos, la medida forzará a muchos de ellos a transferirse a otras instituciones o abandonar el país, abriendo potencialmente una puerta para que universidades de otros países, como Canadá, absorban parte de esta población estudiantil.
El Departamento de Seguridad Nacional justificó la decisión acusando a Harvard de permitir un entorno inseguro en el campus, de fomentar el antisemitismo y de mantener vínculos con el Partido Comunista Chino. Asimismo, exigió a la universidad entregar registros completos, incluidos datos de estudiantes extranjeros que participen en protestas o actividades consideradas “peligrosas”.
Harvard calificó la medida como ilegal y represiva, y aseguró que está trabajando para brindar apoyo y orientación inmediata a sus estudiantes internacionales. La universidad enfatizó que estas acciones amenazan con dañar gravemente su comunidad académica, y que no cederá ante presiones que atenten contra derechos fundamentales protegidos legalmente.
La administración Trump, sin embargo, insiste en que Harvard ha fallado en cumplir con requisitos federales, y ha condicionado la restauración de su autorización al envío de información sensible en un plazo de 72 horas.
Posibles consecuencias para Canadá
La cancelación de la autorización de Harvard podría generar una oleada de solicitudes hacia universidades canadienses, particularmente entre estudiantes internacionales que buscan continuar sus estudios en instituciones de prestigio y en un entorno más estable. Canadá, conocido por sus políticas migratorias favorables a estudiantes extranjeros y su compromiso con la libertad académica, podría verse como una alternativa atractiva.
Varias universidades canadienses ya han expresado preocupación por el creciente entorno hostil hacia los estudiantes internacionales en Estados Unidos. En respuesta, algunas instituciones han acelerado sus procesos de admisión para captar talento académico desplazado por políticas migratorias restrictivas en EE. UU.
En el corto plazo, Canadá podría recibir un aumento de solicitudes de transferencia o nuevas aplicaciones para el ciclo 2025-2026, especialmente en programas de posgrado. Asimismo, se anticipa que la medida afecte la percepción global de Estados Unidos como destino académico confiable, lo que beneficiaría indirectamente a universidades canadienses.
Redacción de: Karen Rodríguez A.